Inédito proyecto habitacional, energético y patrimonial estará terminado en octubre

Hasta las lágrimas se emocionó Mirtha Pincheira cuando se le consultó por su impresión de las viviendas que habitará en pocos meses más y que terminarán con una pesadilla que arrastró por décadas: Vivir de allegada. Y es que la visita de la secretaria ejecutiva del Programa Aldeas y Campamentos del Ministerio de Vivienda y Urbanismo (Minvu), Ana Claudia Amar, al loteo El Martillo de Cerrillos, en Coquimbo, marcó una pauta de cómo se puede plasmar calidad en la edificación, eficiencia energética y respeto patrimonial. 

A ello se le debe sumar la erradicación del campamento El Martillo que por años fue el punto negro de esta localidad coquimbana. Y eso bien lo sabe la señora Mirtha. “Siempre he vivido de allegada, tengo 66 años y nunca he tenido una casa tan bonita (…) La voy a compartir con una nieta y ahora soy feliz con mi casita, porque siempre soñé con esto”. 

La solidaridad de su hija ha sido vital para que Mirtha no se haya quedado en la calle, pues pese a disponer de sólo dos piezas, se las han arreglado para convivir siete personas. “Tenía que compartir dormitorio con mis nietos, pero ahora los voy a poder recibir en mi casita”, precisó la emocionada mujer. 

Así como este ejemplo, hay 76 familias más que han debido esperar una década para hacer realidad el sueño de la casa propia. Para el Minvu, la erradicación del campamento de la zona era una prioridad, de allí el impulso ordenado por el ministro Rodrigo Pérez. 

Eso bien lo sabe Ana Claudia Amar.  “Este proyecto es emblemático, porque conjuga una serie de factores, no sólo porque tenemos una excelente construcción y un metraje superior al promedio (55 metros cuadrados por vivienda), sino que se ha innovado a través de viviendas sustentables con la incorporación de colectores solares que ahorrarán a las familias hasta un 60% en sus cuentas de gas y una planta de tratamiento de aguas servidas que reciclará las aguas para ser reutilizadas para riego en una zona golpeada por la sequía”, explicó la autoridad nacional. 

Junto con esos beneficios para estas familias de extrema vulnerabilidad se cuenta el mejoramiento de los espacios públicos. “Se mantuvo una cancha que servirá como centro de reunión en torno al deporte y se restauró la iglesia del sector que data de 1845”, expresó el seremi de Vivienda y Urbanismo, Francisco Alcayaga. 

En cuanto a los tiempos que le restan a las obras financiadas por el Minvu por más de $1.000 millones, un centenar de obreros de la Constructora Araucanía laburan día a día para no hacer esperar más a las familias. “Prevemos tener listo este conjunto residencial en octubre, de manera de hacerles un especial regalo a todas estas familias que han aguardado por años ese momento”, aseveró el director de Serviu, Osvaldo Pacheco.