Buenas conversaciones, buenos futuros
Opinión: Hoja de ruta EnergÃa 2050, oportunidades y desafÃos para las Universidades
La disponibilidad energética es una de las mayores urgencias de nuestro paÃs y se ha indicado que, en cualquier escenario futuro, se requerirá construir nueva infraestructura energética para sostener una economÃa en crecimiento.
Corresponsal Re... >
authenticated user CorresponsalPor Dr. Oscar Parra B., Biólogo de la Universidad de Concepción y Miembro Comité Consultivo Nacional EnergÃa 2050
En una ceremonia realizada en la sede del Congreso Nacional en Santiago, el Ministerio de EnergÃa recibió la Hoja de Ruta 2050 hacia un futuro energético sustentable e inclusivo para Chile al 2050. Este documento propone las visiones, metas, lineamientos y transformaciones del sector energético para las próximas décadas y lo relevante es que reflejan un consenso unánime de los 27 integrantes del Comité Consultivo de EnergÃa 2050, pertenecientes a diversos ámbitos: instituciones de gobierno, del sector empresarial, representantes de la sociedad y universidades relacionados con el sector energÃa, reflejando un amplio espectro de multisectorialidad y de interdisciplinariedad, única manera de afrontar hoy el tema energético de gran complejidad en lo económico, social y ambiental.
En la actualidad, la disponibilidad energética es una de las mayores urgencias de nuestro paÃs y se ha indicado que, en cualquier escenario futuro, se requerirá construir nueva infraestructura energética para sostener una economÃa en crecimiento que permita lograr un desarrollo sustentable en lo social, económico y ambiental. El paÃs necesita una polÃtica pública energética de largo plazo e inclusiva, que ayude al proceso de toma de decisiones y a la localización de los diversos proyectos con la mayor participación posible. Por ello, el Estado debe asumir un rol preponderante y generar una visión clara de futuro que incluya prioridades, proyecciones y lineamientos para distribuir territorialmente los costos y beneficios del sector entre los diferentes actores y considerando también los intereses locales y regionales.
Sin embargo, el logro de las metas planteadas en esta Hoja de Ruta al 2050, implica objetivos y acciones, que conllevan oportunidades y desafÃos para todos los actores involucrados, desde el ciudadano común hasta los institucionales, y entre estos últimos, especial mención merecen las universidades del paÃs. Al respecto, entre los acuerdos consensuados, está la necesidad de incrementar la inversión en I + D a los niveles de los paÃses de la OECD, para poder afrontar los requerimientos del sector energético. Por ejemplo, en términos de conocimiento cientÃfico de los diversos ecosistemas del territorio nacional para facilitar la localización de los proyectos energéticos con el menor impacto posible, el desarrollo de lÃneas de investigación cientÃfica a nivel de las ciencias básicas, de las ingenierÃas, de las ciencias sociales, de las ciencias ambientales. Lo anterior va a permitir el análisis y evaluación de los diversos proyectos desde perspectivas inter- y transdisciplinariamente, única manera de enfrentar la complejidad de los diversos escenarios del desarrollo energético y sus impactos. De la misma forma, habrá que considerar los requerimientos de desarrollo tecnológico asociado a las diversas fuentes energéticas disponibles en el paÃs, particularmente las ERNC, entre ellas la solar, la eólica, la geotermia y la mareomotriz, todas ellas de gran potencial en el paÃs, pero la mayorÃa de ellas con tecnologÃas de importación. Sumando a lo anterior, está la necesidad de formación de recursos humanos especializados en el sector, desde el nivel técnico, el profesional hasta el postgrado. Al igual que las ciencias ambientales, definida como ciencias de la sustentabilidad, el tema energético requiere la conjunción o integración de diversas ciencias disciplinarias para investigar, desarrollar tecnologÃas y formar recursos humanos especializados en el sector.
Estas oportunidades y desafÃos implica para las universidades del paÃs, potenciar a centros de investigación en energÃa ya existentes, asà como también crear estas unidades de investigación en la temática a nivel de regiones, en especial en aquellas con gran potencial energético en operación y potencial disponible, como es la Región del BiobÃo, para lo cual es necesario incrementar los aportes estatales y privados en I +D, lo que se podrÃa realizar a través de un Programa de Investigación, de Desarrollo Tecnológico y de Formación de Recursos Humanos para el Desarrollo Energético de carácter decenal, al cual las Universidades postulen a través de concursos.