Robinson Hernández: “Hago votos por ser un buen servidor de los habitantes de La Serena”

03 Noviembre 2014

El actual director municipal de cultura de La Serena se explayó respecto a la posibilidad de asumir como Concejal de La Serena tras la renuncia de María Angélica Astorga al Concejo Municipal.

Equipo El Obser... >
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Luego de su fallida vuelta al concejo municipal de La Serena, en la última elección municipal, el actual director de cultura de la Municipalidad de La Serena, Robinson Hernández, esta vez tiene la posibilidad cierta de retornar a ocupar un cupo en la mesa del concejo municipal.

Esto, tras la renuncia de su compañera de partido (PS) y de lista, María Angélica Astorga, con lo cual –y acorde con la ley- Robinson Hernández deberá asumir en su reemplazo.   

Hernandez, que ya desempeñó el cargo de concejal durante el periodo edilicio de Raúl Saldivar, reflexiona sobre esta eventual vuelta al concejo municipal serenense.

¿Cómo asumió la noticia de la renuncia de la Concejala María Angélica Astorga?

Con tranquilidad, pero sabiendo que implica para mí el desafío de asumir la responsabilidad de desempeñarme como concejal de la comuna. Con ella siempre hemos mantenido contacto, hay amistad y compañerismo de por medio, de modo que sabía que era una decisión que sólo le concernía a ella en razón de lo que estaba pasando. Así, asumir este desafío es para mí también una forma de responder a su confianza y de intentar continuar y en lo posible añadir nuevas perspectivas a esta función municipal.

- ¿Lo ve cómo una nueva oportunidad?

Como una posibilidad de cumplir con acciones concretas que ayuden a mejorar nuestras condiciones de vida como vecinos, como comunidad, como la comuna que somos. Intento no ver ni asumir la actividad pública como algo solamente individual o personal, sino como una actividad que tiene que ver con todos nosotros, con la relación social, vecinal y pública, y por eso mis puntos de vista ante los problemas comunales son decididos pero al mismo tiempo flexibles, porque de lo que se trata es de cumplir con el deber de contribuir a resolver los problemas que nos afectan como comuna y para ello es necesario también escuchar y dialogar, advirtiendo los hechos y ponderando las distintas posibilidades de solución que se puedan barajar.

- ¿Es poner su experiencia al servicio de la comuna?

Claro, eso es un potencial, algo que con lo que uno cuenta después de haber cumplido diversas tareas en la gestión pública. Como jefe de gabinete en este municipio y luego en la Gobernación de Elqui, con mis desempeños en Comunicaciones, antes como Concejal y hasta ahora como Director de Cultura, uno adquiere cierta experiencia que puede ser útil, pero me parece que el servicio es más bien una disposición de ánimo que implica una apertura, una pasión, una libertad y una flexibilidad activa para asumir los desafíos y aportar donde sea necesario.

-¿Pero es también la oportunidad de concretar los planes que planteó en su campaña?

Claro. Siempre dije que se trataba de disposición y de una gestión que me avalaba en cuanto a lo que había hecho y en cuanto a lo que me comprometía a hacer. Como Concejal me interesa estar atento a lo que surge y allí aportar con mis reflexiones y acciones, cumplir con el rol fiscalizador y concurrir a aprobar con mi voto lo que estime que es en beneficio de la comuna. Dentro de estas funciones, siempre he comprometido énfasis y prioridades, y eso obviamente que lo mantendré. Me refiero a mi preocupación por la educación, la salud, el medio ambiente, la participación vecinal, la cultura, el deporte, etc., pero también mi interés por cuestiones que involucrando a la comuna van más allá de ella, como los asuntos económicos, políticos, sociales, etc., que tienen que ver con la región, con el país y con el mundo. Porque creo que lo local no está desvinculado de lo que hacemos en el mundo y lo que sucede en el país. Somos parte de un todo, como seres humanos y como colectividad, y nuestra responsabilidad consiste en responder a los desafíos locales con una visión lo más amplia posible sobre lo que nos ocurre como humanidad.

-¿Cómo así?

No podemos ser indiferentes a lo que sucede y hacemos como humanidad. Antes de aplicar una medida hemos de considerar, por ejemplo, su efectos ambientales, y esto es algo que unas décadas atrás no se consideraba, simplemente porque no existía la crisis ambiental que hoy afecta al mundo y, en consecuencia, a nuestras comunas, a todos nosotros. Lo mismo se puede decir de las medidas que favorecen o desfavorecen una educación integral e inteligente, porque no da lo mismo que tipo de educación se imparte, pues las condiciones que se generan o reproducen repercuten en la relación social y en nuestro mundo. ¡No podemos formar sólo entes maquinales y meramente productivos, sino que hemos de explora formas de favorecer el despertar de la inteligencia y la creatividad!

-Eso es difícil hacerlo sólo desde la comuna…

Pero uno tiene que hacer lo que hace desde donde está. No puede ser de otra forma. Tengo que ver donde estoy, verme a mí mismo y en mi relación con los demás, ser consciente, ver lo que hacemos aquí y lo que además está sucediendo en el mundo, no colaborar aquí con lo que nos parece que es absurdo o inconveniente en otro lugar o en cualquier lugar. Si, por ejemplo, vemos que el dogmatismo y el fanatismo contribuyen –junto a otros factores- a producir una guerra en otras latitudes, lo cual nos parece negativo e indeseable, entonces no podemos favorecer con nuestras medidas locales ningún fanatismo ni dogmatismo… La discriminación en educación, en la salud, la falta de calidad en los servicios comunales deben corregirse tal como lo haríamos a cualquier nivel societario.

-Aunque haya niveles diferentes de competencia y atribuciones…

Obviamente, cada cual debe hacer lo que le corresponde de acuerdo a sus facultades y competencias, pero la base de la acción o la implementación de medidas o acuerdos ha de ser una visión amplia que permita hacernos responsables de vivir en un conjunto ambiental y social integrado, y no moverse parcial y sesgadamente por las meras perspectivas y los intereses personales o grupales, ni tampoco sólo por medidas cortoplacistas. Tenemos que proveer de lo necesario, según lo que tengamos al alcance, para favorecer una convivencia libre e integral como seres humanos concretos, como vecinos, como habitantes de una misma comuna, estableciendo en la práctica medidas que mejoren nuestras infraestructuras viales, deportivas, culturales, educacionales, hospitalarias, recreacionales, etc. y para ello hemos de favorecer y respaldar el diálogo y las gestiones edilicias con el gobierno en todos sus niveles, al mismo tiempo que favorecemos la organización social y comunitaria, que escuchamos y dialogamos con las organizaciones vecinales y de la sociedad civil.

-¿Podemos hablar entonces de una gestión abierta al diálogo?

El concejal es un representante mandatado para servir y colaborar con la gestión municipal, y el municipio es un instrumento de servicio a la comunidad, de modo que el diálogo, pero también la visión de los hechos y la comprensión de lo que sucede, son condiciones necesarias para la labor cotidiana de un concejal. Yo simplemente hago votos por ser un buen servidor de los habitantes de la comuna, y porque esto se refleje concretamente en la gestión de concejal que se abre como una nueva posibilidad que me trae la vida para asumirla con entrega y responsabilidad.