Opinión: Emprende hoy, no mañana

04 Diciembre 2014

Solo depende de ti que esa alma emprendedora despierte, abra sus alas y vuele por un cielo lleno de oportunidades, no esperes un par de años para emprender porque crees que va a ser más seguro. 

Cristóbal Soler >
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Hoy es común escuchar a alguien que quiere tener su propio negocio o empresa para buscar libertad, para no depender de nadie, para ser su propio jefe, para manejar su tiempo o simplemente para que al llegar a los 65 años no dependa del cheque de la jubilación.

Si alguna de estas razones es la que principalmente te motiva para emprender, piénsalo bien, piénsalo de nuevo. Emprender es un camino largo y difícil, hay muchas barreras y son altas las probabilidades de que tu idea termine en el fracaso. Claudio L. Soriano, Doctor en Ciencias Económicas y Empresariales de la Universidad Internacional de Estudios Sociales de Roma, dice: “la experiencia demuestra que el 50% de las empresas quiebran durante el primer año de actividad, y no menos del 90% antes de cinco años”... “solamente el 10% de las empresas maduran, tienen éxito y crecen”.

¿Pero entonces cómo lo hacen los que lo logran? Un emprendedor es el que es capaz de detectar un problema y buscar una solución de una manera distinta; es el que quiere mejorar su entorno, quiere dejar una huella, lo motiva aportar aunque sea un poco para generar un cambio en este mundo, que a veces parece tan frío.

Para Joseph Schumpeter, la motivación de un emprendedor innovador no es la mera riqueza o el simple hedonismo, sino que soñar con dejar una huella. Y hoy tenemos la suerte de contar con una generación que está muy comprometida con resolver problemas y generar productos que agreguen valor a la sociedad.

Esto es lo que estamos haciendo hoy en Cumplo. El problema del acceso al financiamiento es dramático en nuestro país. Las altas tasas de endeudamiento tienen a las pymes estancadas, lo que es un problema real. Cumplo nació con el objetivo de crear una red de financiamiento transparente para lograr una sociedad más justa, es decir, acercar la brecha entre ambas partes, con tasas de interés en donde el inversionista y el solicitante se ponen de acuerdo, quedando las dos caras de la moneda conformes.

Finalmente, emprender no implica solamente tener tu propio negocio. El emprendimiento es enamorarse de una idea o un objetivo, querer generar un impacto, tener la capacidad de cambiar y adaptarte, y que la gente se sume a tu idea.

Pero si trabajas en una empresa, hazlo feliz y en un lugar donde todos estén alineados con un mismo objetivo y estés convencido de que tu trabajo es importante; trabaja en un lugar donde cada lunes sea un nuevo desafío que quieres enfrentar. El emprendedor lo es en cualquier parte.

El emprendedor no es solo el creador de la idea. Es lo mismo que cualquier equipo deportivo, hay un entrenador, un armador, delanteros y defensas. Lo importante es saber tu rol y potenciar desde tu puesto esa idea colectiva que los juntó en primer lugar.

Por lo tanto si tienes esa motivación, solo depende de ti que esa alma emprendedora despierte, abra sus alas y vuele por un cielo lleno de oportunidades, no esperes un par de años para emprender porque crees que va a ser más seguro. Cada año que pasa, el ser humano se pone más precavido, aumentan las responsabilidades, nacen los hijos y tus prioridades serán otras.

Motívate a generar impacto, quema todos tus minutos de tiempo libre en mejorar tanto en lo que haces, como en quién eres y verás que hay personas más locas que tú que se unirán al camino que te propusiste. El momento es ahora, no mañana.