Que nadie se quede en casa, todos tenemos una oportunidad este domingo

Este domingo 25 de octubre viviremos un día histórico, porque seremos parte de un proceso eleccionario que nos dirá si deseamos o no una nueva Carta Magna para Chile. Es un hecho trascendental, porque seremos los ciudadanos los encargados, en las urnas, de volcar sueños, esperanzas y convicciones del país que queremos para nuestros hijos y nietos, para las nuevas generaciones.

Por ahí pasa la relevancia de este Plebiscito, de las opciones Apruebo o Rechazo, que con sus miradas totalmente opuestas debieran buscar un destino único y exclusivo, un país en que quepamos todos. Los intereses mezquinos, personalistas y de corto plazo no pueden tener cabida en esta oportunidad, porque es el trabajo colectivo, la mirada más allá del horizonte la que debe primar, poniendo en primer lugar el bienestar mayoritario por sobre el particular.

Es primordial que antes de dirigirse al lugar de votación podamos hacer la reflexión de lo que realmente queremos como sociedad, si nos sentimos realmente respaldados por el Estado o creemos que es necesario hacer una reforma profunda a la Constitución para darle un nuevo aire, sintiéndonos seguros de nuestra madurez ciudadana para trabajar en su redacción.

Claramente el escenario actual no es el mejor, y no lo digo por la efervescencia social, que es solo una imagen momentánea de lo que pasa, sino que me refiero a la pandemia que nos presenta una atmósfera totalmente nueva, obligándonos a extremar todos los recursos para cuidar nuestra salud y la de todos los que participarán del proceso. No piense sólo en cumplir, piense en usted y en los demás cuando prepare su mascarilla, protector facial, lápiz azul personal y alcohol gel antes de ir a su lugar de votación.  

Ya se cumplió un año del Estallido Social que empujó a los Poderes Legislativo y Ejecutivo a buscar esta salida democrática, y aunque claramente este proceso no resuelve todos los problemas que vivimos como país, es una válvula de escape que permitirá descomprimir el ambiente, brindándonos una oportunidad histórica como sociedad de tomar las riendas de nuestro destino. Por eso es importante ir a votar el domingo 25, porque nadie que tenga el derecho, puede ni debe restarse de este trascendental proceso democrático.