Ana María Gazmuri: “No somos traficantes” de marihuana

17 Abril 2014

La actriz nacional visitó La Serena como parte de la campaña “Yo firmo autocultivo”, la cual busca reunir firmas y con ello la despenalización de la cannabis. 

Equipo El Obser... >
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Cerca de 12 mil firmas reúne “Yo firmo autocultivo”, campaña ciudadana que busca  la despenalización de la siembra de cannabis para fines personales. Una de las voceras del movimiento es la actriz nacional Ana María Gazmuri, la cual apuesta por destrabar la Ley 20.000.

De visita en La Serena, Gazmuri conversó con El Observatodo sobre esta iniciativa, la cual plantea que la marihuana sea utilizada con objetivos espirituales, medicinales, terapéuticos  y recreativos. “La idea es recuperar la dignidad de los usuarios de cannabis, entre ellos los injustamente criminalizados, perseguidos y vulnerados en sus derechos esenciales; simplemente tratados como delincuentes”, comenta de partida.

La actriz sostiene que la discusión se abrió paso en la sociedad, abarcando la política criolla. “Cada vez que alguien firma, llega un correo a diputados y senadores, es decir las autoridades relacionadas con el tema. La manera de demostrar que somos miles los ciudadanos que exigimos un cambio”.

Incluso va más allá, asegurando que el respaldo es transversal. “Hoy día tenemos parlamentarios de todas las bancadas, desde la UDI hasta el Partido Comunista apoyando esta iniciativa. Se suma un ministro de justicia (José Antonio Gómez) que cuando fue candidato presidencial su propuesta en política de drogas estaba por la despenalización del autocultivo”.

Sobre críticas se mantiene paciente, aunque explicó que algunos argumentos simplemente “no tienen sustento científico, sino más bien un origen ideológico”. Es así que esta primorosa mujer rompe la rutina recibiendo halagos de quienes transitan por la plaza de armas serenense, aunque no deja de insistir en “tenemos una directora saliente del Senda que dejó listo un decreto que saca a la cannabis de la lista 1”.

Por último, Ana María Gazmuri se la juega por terminar con la violación a “los derechos humanos que atentan contra la propia salud y libertad de culto”. Romper con pensamientos del ayer, donde “la ignorancia y temor sigue primando en el poder judicial. Todavía no son capaces de distinguir a un traficante del cultivador medicinal... no somos traficantes”.