Carabinera rescata a pequeña gatita en la Caleta de Coquimbo

24 Febrero 2017

Tras buscarle un hogar por semanas, los padres de la funcionaria decidieron adoptar a la gatita.

Equipo El Obser... >
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A principios de enero la Cabo Primero Myriam Castillo llegó a la zona como parte de la dotación de la Escuela de Suboficiales de Carabineros que refuerzan el contingente durante la temporada estival.

Tras algunos días en la zona y mientras realizaba un patrullaje en el sector de la Caleta de Coquimbo, escuchó maullidos de auxilio cuando unos perros iban a atacar una gatita recién nacida, la cual había sido abandonada al parecer hace pocos minutos.

“Estaba en la garita cuando escuché al gatito gritando muy fuerte y en este sector hay muchos perros abandonados, vi a una señora que estaba con la gatita y pensé que la había ido a botar, pero ella se la quitó a los perritos y yo no la podía dejar ahí que muriera, así que la recogí y la llevé conmigo a la garita”, relató la Cabo Castillo.

Posteriormente le compró leche y la envolvió en un guatero para que pudiera regular temperatura y la alimentó con un gotario debido a que aún era muy pequeña y no sabía comer sola.

Desde ese día la llevaba para todos lados con ella y la acompañó durante los servicios, recibiendo también el apoyo de oros funcionarios de la Segunda Comisaría “Coquimbo”; incluso sus padres se encariñaron a distancia con ella y le pusieron cariñosamente “Toñita”.

“En realidad a mí me sorprende la maldad y la poca humanidad de algunas personas, yo he publicado algunos perritos abandonados del sector para que los adopten, pero es difícil. Mi amor por los animales es gracias a lo que me han inculcado mis padres, ellos siempre me enseñaron que no debemos dañar seres indefensos y que el amor es el mejor medio de comunicación”, indica al hablar no sólo de “Toñita”, sino que de todos los animales que ha visto en el puerto.

Un amor que queda ejemplificado también en que ella es además instructora de adiestramiento canino en la institución, “una de las coas más hermosas que le ha pasado en la vida”, asevera.

La Cabo Castillo se propuso buscar una familia para la gatita antes de volver a la Escuela de Suboficiales en Santiago, donde aún le queda un año de instrucción, y prometió entregarla esterilizada a quién la recibiera en su hogar con los únicos requisitos de que la cuidaran, le entregaran amor y fueran muy responsables con sus controles médicos, para que pueda ser feliz.

Pero tras recibir una visita de sus padres y de que ellos compartieran con “Toñita” decidieron de inmediato adoptarla, por lo que dejará las tierras coquimbanas para iniciar la vida en su nuevo hogar.