Cardenal Ezzati: "La Iglesia Católica puede aportar en el debate sobre educación"

23 Mayo 2014

Monseñor Ezzati recalcó la importancia de defender el derecho a la vida y criticó la ausencia de temas que considera importantes, como la situación de los migrantes en nuestro país.

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El Cardenal Arzobispo de Santiago, Ricardo Ezzati, destacó el clima de diálogo ofrecido por la Presidenta de la República, Michelle Bachelet, en la cuenta pública realizada este miércoles 21 de mayo, en el Congreso Nacional. “(…) el programa es el que se estableció y ha tenido una mayoría en las elecciones. Sin embargo, es un programa que está abierto a los aportes inteligentes de otros grupos. Por consiguiente, la invitación al diálogo me parece muy importante”, señaló.

Monseñor Ezzati también hizo hincapié en la ausencia en el discurso de temas que considera importantes. “Por ejemplo, lo que uno escucha de la gente cuando visita las poblaciones, el tema de la violencia, el tema de la droga, no ha sido tocado.El tema grave para Santiago y muchas otras regiones, como es el tema de los inmigrantes. No he escuchado ninguna palabra en relación a ellos, a su situación en el país y a los problemas que ellos experimentan”.

En cuanto al anuncio de la mandataria sobre discutir la despenalización de la interrupción voluntaria del embarazo en caso de estar en riesgo la vida de la madre, violación e inviabilidad del feto, el Cardenal fue enfático en señalar que lo primero es “defender la vida como lo hemos hecho los obispos en nuestra declaración de la última Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal. Ahí hemos puesto cuál es la postura de la Iglesia Católica frente a la defensa de la vida. Y en segundo lugar, sobre el tema de si la Iglesia está abierta a dialogar, la Iglesia es universal, es menos dogmática de lo que algunos piensan que es. Estamos abiertos a dialogar. Pero qué significa dialogar. Dialogar significa presentar con todos los argumentos que tenemos a nuestro alcance la verdad que defendemos y escuchar a los demás, y los demás escuchar también nuestra verdad”. 

La declaración a la que alude Monseñor, sostiene lo siguiente sobre el valor de la vida:

El pueblo chileno valora la vida. Nos duele la muerte, cualquiera sea su causa. Por eso también la Iglesia católica, en el reciente pasado, defendió tenazmente los derechos humanos y apoyó la abolición de la pena de muerte en Chile, así como el cuidado histórico de la vida en situaciones de vulnerabilidad social hasta hoy. Son todos pasos de gran civilidad. No quisiéramos que este patrimonio de civilización se viera obstaculizado por iniciativas legislativas que buscan introducir el aborto en Chile, en determinadas circunstancias. Conocemos dramáticas situaciones en la gestación de una nueva creatura humana y solidarizamos con el dolor de aquellas madres que, por desgracia, muchas veces deben asumir desamparadas su situación. Ella y su hijo son dos víctimas inocentes y de cuyo clamor debemos hacernos cargo. Pero sabemos que el aborto nunca será una solución para una mujer y su entorno, y también sabemos que un aborto selectivo abre las puertas para el aborto a todo evento. Introducir el aborto, sea cual sea la causa que la sustente, es un golpe al “alma de Chile”.

Sobre el proyecto de reforma educacional, el Cardenal expresó su parecer, aclarando que es en base a los fragmentos que hasta ahora se han conocido del proyecto. “Lo que hemos conocido hasta ahora son tres fragmentos. El primer fragmento se refiere a la eliminación del copago. Hay que recordar que el copago nació buscando una democratización de la educación, buscando que los papás que educaban a sus hijos en colegio pagado y que no lo podían hacer, lo pudieran hacer de manera más participativa y con mayor facilidad y eso ha sido un beneficio social muy grande, especialmente, para la clase media. Lo segundo es con respecto a la libertad de educación y al derecho de la educación. Sin duda alguna, la educación es un derecho, es uno de los derechos fundamentales de toda persona humana (…). Sin embargo, para que este proceso educativo sea de verdad integral, no basta simplemente con tratar de mejorar aspectos externos del hecho educativo. El hecho educativo es un hecho de confianza entre el alumno y el educador, entre el padre de familia y el proyecto educativo que ofrece el educador, y naturalmente la confianza supone conocimiento. El hecho de que se diga que no tiene que haber ninguna selección, creo que es equivocado. Tiene que haber una selección positiva en este sentido”.

En este sentido, monseñor Ezzati explicó que no se puede cumplir con el deber fundamental de educar a alguien si no se le conoce, si no se sabe de su entorno familiar, social, sus necesidades y talentos. 

Finalmente, el presidente de la Conferencia Episcopal de Chile se refirió a un tercer fragmento relacionado con la propuesta sobre selección, en la que según señala, existen contradicciones. “¿Qué significa, por ejemplo, que un colegio de excelencia pueda escoger el 20 por ciento de los alumnos del sector? Es una injusticia muy grave también”. En este contexto, el Cardenal afirmó que la Iglesia Católica puede aportar con su experiencia en el desarrollo de la discusión sobre el proyecto educativo que el Estado quiere para sus ciudadanos.

Fuente: Prensa Conferencia Episcopal de Chile
http://www.iglesia.cl