A casi dos años de su aparición, hay más de 140 farmacias comunales en el país

23 Agosto 2017

Pese a las resistencias y dificultades iniciales, estos establecimientos se han ido consolidando, pero falta avanzar en temas como el fraccionamiento de remedios, la regulación de precios y más servicios para los usuarios, según señalan los expertos.

Equipo El Obser... >
authenticated user Editor

Hace dos años aparecieron las primeras farmacias comunales en el país, con la irrupción del modelo de la Municipalidad de Recoleta. A la fecha ya existen 141 establecimientos de este tipo en el país, de acuerdo con cifras del Ministerio de Salud y cerca del 28%, en la Región Metropolitana. 

“Tenemos cerca de 40 farmacias comunales en Santiago, 100 en regiones con un total nacional de 141, de acuerdo a los últimos datos que disponemos”, dijo Jorge Cárdenas, asesor del Departamento de Políticas y Regulaciones Farmacéuticas de Prestadores de Salud y Medicinas Complementarias del Ministerio de Salud, en el marco del Décimo Séptimo Congreso de Estudiantes de Química y Farmacia de la U. San Sebastián.

Al respecto, José Cousiño, académico de la carrera de Química y Farmacia de la Universidad San Sebastián, tras ser consultado por el tema señala que “nacieron espontáneamente como una solución y no por una política nacional de medicamentos, a raíz de una grave falla del sistema. Esto, porque una cantidad enorme de la población vulnerable que tenía acceso gratuito o con un pago mínimo de los medicamentos, dejó de recibirlos en los consultorios por problemas de gestión en el sistema de salud”.

Si bien reconoce que al principio hubo algunas dificultades en su implementación “como el hecho de que las farmacias comunales no abrían los sábados o manejaban un bajo stock de medicamentos, lo que hacía que la gente fuera dos o tres veces a buscarlos, eso se ha ido superando con el tiempo y la situación de hoy es mucho mejor”, agregó Cousiño.

Los expertos coinciden que lo que más valoran las personas que acuden a estas farmacias es que cuentan con precios más baratos en comparación a otros establecimientos y que existe una atención personalizada. Sin embargo, sostienen que aún se necesita perfeccionar el modelo.

Al respecto, Jorge Cárdenas señaló que hay que avanzar hacia una estandarización del servicio que entregan y a educar a la población, ya que las personas aún no saben cómo ocupar estas farmacias.

“Se invierte mucho tiempo en la compra de productos farmacéuticos y no en educación, seguimiento de los tratamientos farmacéuticos y en otros servicios a la comunidad”, dijo el representante del Minsal.

Sobre este punto, Jorge Maldonado, presidente del Capítulo de Farmacia Popular del Colegio de Químicos Farmacéuticos y Bioquímicos de Chile, planteó que “es posible hacer una dispensación a domicilio, ocupando un programa que existe en la atención primaria para las personas postradas o con dificultad para movilizarse, sobre todo en zonas rurales, donde se podrían generar entregas programadas de medicamentos”.

Añadió que se debería incorporar “una dispensación informada de medicamentos” y a que en estos establecimientos también se pudieran hacer “exámenes preventivos y mediciones ambulatorias de glicemia, colesterol y presión arterial en una primera etapa, para luego derivar a las personas a los consultorios”.

Sobre esta propuesta, Cousiño indicó que “sería bueno ver camionetas que brinden atención farmacéutica domiciliaria a quienes son de la tercera o cuarta edad”.

Otro de los servicios que se podrían incorporar es la venta de medicamentos fraccionados y la eliminación de los remedios en desuso. Sobre esto último, Maldonado contó que están trabajando “en un proyecto que va a permitir colocar contenedores en las farmacias comunitarias, para que la gente cuando vaya a comprar, traiga sus medicamentos vencidos”.

Ventas y precios

De acuerdo a una encuesta realizada por el Capítulo de Farmacias Populares del Colegio de Químicos Farmacéuticos  a 40  de estos establecimientos hace casi un mes, “las ventas han ido en aumento con un vale promedio de 10 millones de pesos mensuales, lo que se asemeja a una farmacia de barrio”, aseguró Maldonado.

En cuanto a las proyecciones de participación en las ventas para 2017, el experto del gremio farmacéutico expuso que “se estima en 14 mil millones de pesos anual en promedio. Se trata de una cifra mínima y bastante marginal, considerando que el 93% del mercado corresponde a las grandes cadenas y casi un 7% a las farmacias independientes”.

Además descarta que exista una competencia desleal con las farmacias independientes y enfatiza que falta una regulación de precios. “El problema es de quienes venden y no de los que compramos ya que los precios son fijados por la industria”, recalcó Maldonado.

Por su parte, Héctor Rojas, presidente de la Federación de Farmacias Independientes tiene una visión crítica de estos nuevos establecimientos. “En nuestro país se está colocando la carreta delante los bueyes. Claro que la carreta va a andar, pero no es lo correcto, ni lo justo o equitativo, porque las farmacias comunales tienen la ventaja de comprar un fármaco a la Central Nacional de Abastecimientos a un menor precio y los independientes no tenemos ese derecho y no podemos competir”.

Sobre esto, José Cousiño sostiene que “Chile es un país que no maneja bien los medicamentos en términos de ahorro”, pero las farmacias comunales han contribuido” en este sentido como medicamentos más baratos.