Como superar los traumas post terremoto

02 Abril 2014

Para muchos, vivir un terremoto y sus consecuencias implicaría  la vivencia de una situación traumática que desencadena crisis emocionales, donde la persona se ve desbordada en su capacidad de funcionar como usualmente lo hace. 

Equipo El Obser... >
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Para muchos, vivir un terremoto y sus consecuencias implicaría  la vivencia de una situación traumática que desencadena crisis emocionales, donde la persona se ve desbordada en su capacidad de funcionar como usualmente lo hace. Esto generalmente se ve acompañado de síntomas ansiosos, psicosomáticos y/o depresivos, pudiendo generar a menudo un trastorno de estrés agudo que si no es tratado a tiempo puede convertirse en un trastorno de estrés postraumático. 

Para las personas que experimentaron el terremoto como evento traumático, el re-experimentar una situación similar podría desencadenar síntomas parecidos a los sentidos en la primera ocasión. Esto puede variar en intensidad, dependiendo de los factores personales del sujeto, del entorno, de cómo haya sido la elaboración de traumas anteriores distintos y/o similares, entre otros. 

Los síntomas que se pueden experimentar al vivir una situación de trauma en un contexto como es el de desastre natural, comprenden todo el espectro de la respuesta neurovegetativa, fisiológica y psicológica frente a un estímulo amenazante. Estos síntomas varían de acuerdo a la persona y pueden manifestarse de la siguiente forma: pánico paralizante, crisis de ansiedad; apatía; confusión y/o desorientación temporo-espacial; ansiedad; conversiones (desmayos, mutismo, etc);  hipervigilancia; irritabilidad;  sensación de desconexión (vivir la situación como si fuera un sueño); afección en funciones cognitivas como atención y concentración; culpa de sobreviviente o sensación de no haber ayudado lo suficiente; sueños y recuerdos recurrentes del evento traumático; actitud evitativa de estímulos asociados al evento; agresividad;  cambio inusual de comportamiento y funcionamiento. 

Es importante reiterar que una persona en crisis, puede que se sienta desorientada, con dificultad en concentrarse bien y sin poder otorgarle una adecuada resolución a las exigencias de la situación, por lo que es importante intentar prestarle ayuda de forma oportuna y eficiente. La desesperación dificulta aún más la situación,  y por ende aumenta los riesgos de mayores desastres. En situaciones como éstas, es importante intentar llegar a un punto de tranquilidad o equilibrio que permita funcionar, para ello se pueden aplicar entre variadas estrategias, ejercicios de respiración para disminuir los síntomas ansiosos, informar calmadamente un plan de acción, aplicar contención emocional y en algunos casos una suave contención física. 

No se puede intentar calmar a una persona en crisis presionando y denotando mayor angustia, por eso es importante utilizar un tono pausado y suave. La incertidumbre puede ser la mayor generadora de angustia, por lo que es importante mantenerse lo más informado posible, ya que el saber implica una disminución de los síntomas ansiosos, puesto que ayuda a armar un plan de acción. Esto igualmente entrega sensación de control y disminuye la sensación de desborde emocional. El facilitar y permitir a la persona en crisis hablar sobre sus emociones y miedos también ayuda, ya que se genera una sensación de alivio y disminución de síntomas, tal como es señalado en reportes de personas que han vivido eventos similares. 

Por: Marta Stegmeier

Psicóloga Universidad Andrés Bello