Comunidad gitana reimpulsa labor educativa en campamento

11 Septiembre 2020

Habilitaron un templo en una pequeña escuela luego que municipio serenense colaborara con el mobiliario  y útiles que permitirá  entregar clases a 15 menores. 

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Sara está impaciente por hablar  y  con una soltura y personalidad  que asombra da las gracias por  el mobiliario y la alfombra  que adorna  el templo y que se transformará  en  una escuela simbólica.  “Todo está  muy bonito para  estudiar  y aprender. Usaremos  cosas bonitas”, manifiesta. 

Su compañera también se llama Sara  e igualmente dice estar feliz, al igual que César Nicolich (7).  “Vamos a hacer las tareas y  compartiremos con nuestros amigos. Es muy bueno porque acá haremos  tareas y estudiaremos”, sintetizan.

Antes de iniciarse la primera clases se encomendaron a  Dios y agradecieron a quienes están transformando este anhelo en realidad, sobre todo en medio de una pandemia que precisamente tiene confinado a los estudiantes en sus casas. 

La iniciativa está siendo respalda por la Municipalidad de La Serena y la Corporación Gabriel González Videla, quien donó  el mobiliario que fue llevado por la Delegación Municipal e instalado en tiempo récord.

SUEÑO CUMPLIDO 

Hugo  Nicolich es el líder de los  gitanos del campamento  que se ubica en el sector  del Puente Zorilla y  admite que la habilitación del templo de oración en una pequeña escuelita  es un sueño que  se está haciendo realidad.

Explica que la iniciativa es parte del relanzamiento del plan educacional que en su momento se  impulsó en el mismo sector, pero que quedó inconcluso. “No  resultó  mucho porque eran familias que viajaban, pero ahora las personas que estamos acá (campamento) llevamos más de siete años y por eso tomamos la decisión  de hacer en esta iglesia un pequeño colegio para los niños y que aprendan lo más que se pueda y luego inscribirlo en algún otro recinto y que tengan mejores posibilidades”, se explaya. 

Subraya que  esta herramienta será clave para que los menores  accedan  a una mejor educación  y  que en el futuro puedan tener un título. “Este es un paso muy importante para la cultura gitana. Vamos  a empezar con los niños y posteriormente  con las personas adultas para que puedan aprender a leer y escribir y sacar su cuarto medio”.

Incluso,  afirma que el objetivo es que también  logren conseguir  un título  universitario. “Para nosotros es  un gran paso porque  nos permite inculcarle a los niños que aprendan y que tengan lectura y también es muy importante los valores cristianos”. 

Nicolich valoró la preocupación del municipio de La Serena en  implementar el espacio.  “Le damos las gracias a toda la gente de la municipalidad que  hizo esto posible y que no está apoyando en esta obra para que la gente de nuestra colonia salga adelante y estamos muy agradecidos”, subraya. 

El alcalde de La Serena, Roberto Jacob  recordó que el apoyo no sólo  ha estado en el ámbito educacional, sino que también recordó que el municipio le entregó el terreno donde  habitan actualmente, “donde nadie los molestan nadie.  Hay aproximadamente 15 familias  que llevan como 7 años en  el campamento y con ellos hemos ido retomando (la educación). Por eso se les entregó mobiliario de la Corporación  municipal para que puedan armar su escuelita  y partir de nuevo con la enseñanza que tanto necesitan. Los gitanos son personas  y  que muchas veces son discriminados  y nuestra idea es que los niños gitanos puedan ir adquiriendo conocimiento para desarrollarse en otras labores dentro de su vida cotidiana”. 

MAYOR COMODIDAD

Las  clases serán impartidas por Nicol Casanga, (chilena casada con un gitano)  quien no ocultó su satisfacción. “Contenta por los niños porque les estaba haciendo clases en una  carpa, y en el piso. A lo mejor para ellos era su costumbre, pero para aprender a leer y escribir  era incómodo, por eso estoy contenta que hayan traído las  mesitas y sillas, por lo que los niños podrán aprender mucho más cómodo”.

Las clases para alrededor de 15 niños se  impartirán de lunes a viernes durante dos horas, donde, “a los más pequeños le enseñaremos  las letras y los números,  y los sábados y domingo  inculcaremos la palabra del señor a través de la escuelita bíblica. Los niños están súper entusiasmado en aprender”, destaca Nicol.