Disminuye cultivo y producción de papayas en la Región de Coquimbo

13 Junio 2021
El cambio global y el uso del suelo son algunos factores.
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Es uno de los productos locales más reconocidos no sólo en La Serena, sino incluso, por quienes provienen de otros lugares del territorio nacional a nuestra región. Se trata de la papaya, fruto que hoy forma parte del patrimonio histórico, identitario y gastronómico de esta ciudad, y que hoy, es una de sus cartas de presentación más reconocida.

La papaya que se cultiva y se consume en esta zona, proviene de la variedad “Carica Candamarcensis”, que se caracteriza por ser un fruto muy dulce y aromático, de color amarillo, tamaño pequeño y forma alargada, piel delgada y muy rico en papaína.

Y es precisamente en la comuna de La Serena y alrededores donde más se produce este tipo de papaya, con más del 40% de la producción nacional.

De acuerdo a El Día, Angélica Salvatierra, investigadora de INIA Intihuasi, explica que la zona costera de la región es justamente ideal para la producción de papayas, pues éstas, al ser frutas de origen subtropical, “están acostumbradas a temperaturas moderadas y a una humedad ambiental más alta. Por eso se buscan los climas como los de La Serena, el Valle del Elqui (zona baja), o Pan de Azúcar”.

No obstante, en los últimos años se ha visto una progresiva reducción de la superficie de papayas en la región. Un dato no menor, considerando que la producción de este característico fruto es además, una de las actividades económicas más importantes de la zona.

A manera de ejemplo, Elicio Moraga, productor de Altovalsol, recuerda que antiguamente “el sector de La Pampa era un lugar donde habían papayos y hoy día no hay ninguno, exclusivamente porque ya no queda espacio. Y si nos vamos hacia arriba, lo que es hoy día La Florida, algo había de papayos, en Ceres había mucho papayo, y en Bellavista también”.

La investigadora Angélica Salvatierra comenta que INIA desarrolló en 2018 información técnica sobre el papayo, trabajo que efectivamente, confirmó “una disminución de la superficie de papaya, no solamente por el tema hídrico sino también porque los terrenos donde se cultivaba papaya habían sido ocupados por inmobiliarias, como en el sector de San Ramón. Lugares adecuados en cuanto a clima se han estado llevando a otro tipo de uso”, indicó.

Pese a esta situación adversa –a la cual incluso hay que agregar los constantes robos que afectan a los productores de papaya, dado que ésta especie se da todo el año– lo cierto es que esta fruta no tiene, al menos por ahora, riesgos de desaparecer.

Así, para el dueño de la Agrícola Olibal, existe un mercado cautivo que permite asegurar la continuidad productiva de la especie. “Probablemente en todo caso, sean los productores más pequeños, con media o una hectárea, los que puedan desaparecer”, señala.

Según la investigadora Angélica Salvatierra, la papaya “era y es ahora escasa”, lo que repercute por ejemplo, en su precio, que tiende al alza. Sin embargo, ello puede ser un incentivo para que se mantenga la producción.

La experta de INIA, señala que hoy, ante los efectos de la escasez hídrica, los agricultores buscan aquellos cultivos de los que se puedan obtener mejores ingresos “y la papaya sigue siendo un producto importante porque hay mucha agroindustria chiquitita, que procesan sus frutas y obviamente las necesitan. Entonces siempre hay una demanda”, afirma.