Fonoaudiólogos alertan sobre trastornos de la deglución en adultos mayores

08 Junio 2013

Expertos advirtieron que se requieren más estadísticas e investigación para que este padecimiento sea tratado de forma más eficiente en recintos públicos.

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En las personas con problemas de deglución, los músculos faciales, lengua, mandíbula y faringe no funcionan correctamente. Esto impide succionar, masticar y tragar los alimentos adecuadamente. Ante esta dificultad, algunos pacientes incluso deben ser alimentados por una vía alterna, a través de una sonda. 

Se trata de alteraciones que se registran con mayor frecuencia entre los adultos mayores, quienes a causa de este problema, experimentan el deterioro progresivo de su salud y, por tanto, calidad de vida. 

Esta problemática fue abordada a fondo durante el seminario “Evaluación de la deglución: curso de actualización” organizado por la Escuela de Fonoaudiología de la Universidad de Talca junto a la Universidad Federal de Santa María, Brasil. 

Durante la actividad el director de la Escuela de Fonoaudiología de la UTALCA, Exequiel Plaza, explicó que del total de habitantes del país, un 11,4% corresponde a personas de la tercera edad, esto es, cerca de un millón 700 mil personas. 

El académico agregó que son insuficientes las estadísticas nacionales sobre la prevalencia de este trastorno, e instó a desarrollar más investigación y equipamiento especializado, fundamentalmente, en recintos públicos de atención. 

“Esta área de la salud necesita mejores formas de afrontarla, porque los recursos no son muchos y la población de adultos mayores es alta”, expresó Plaza. 

En este contexto, la investigadora Renata Mancopes, de la U. Federal de Santa María, Brasil, subrayó la necesidad de “producir evidencias para hacer estudios epidemiológicos y determinar la prevalencia de los trastornos de la deglución”. 

“Esta curso es muy importante porque podemos abordar experiencias y pensar en investigaciones futuras en esta área. Es fundamental compartir  con otros países de Latinoamérica lo que hacemos. Hay realidades muy diferentes de acuerdo a la condición económica de los países”, expresó la académica.