Intensifican controles en cárceles de la Región de Coquimbo previo a año nuevo

29 Diciembre 2015
Con el objetivo de mantener la tranquilidad dentro de las unidades penales.
Equipo El Obser... >
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Viajaron durante seis horas y llegaron de noche a la zona, pero eso no fue impedimento para que los 55 nuevos uniformados de Gendarmería –entre ellos 3 oficiales- desembarcaran en la Región de Coquimbo con toda la energía y el ánimo para aprender y desarrollar de mejor manera la labor penitenciaria.

El contingente, dentro del cual hay 6 mujeres, llegó a reforzar el trabajo que actualmente se realiza en la zona, y ya fue distribuido entre las cárceles de la Región. De esta forma, un 55% de la dotación fue remitida al Complejo Penitenciario de La Serena, mientras que 7 uniformados se enviaron al Centro de Detención Preventiva de Ovalle, y 6 fueron colocados en el CDP de Illapel. Además, 6 funcionarios cumplirán sus funciones en la Unidad de Servicios Especiales Penitenciarios de La Serena, para apoyar en los servicios de traslado y operaciones específicas, 2 se desempeñarán en la cárcel de Combarbalá y 3 se sumarán a las filas del Centro de Internación Provisoria y Centro de Régimen Cerrado, CIP CRC, ubicado en Las Compañías.

“Recibimos a 55 nuevos funcionarios recién egresados de la Escuela, 52 pertenecientes a la Planta II, y 3 oficiales, que llegan a reforzar nuestras filas. Este es un aumento sustancial de personal, lo que refleja la importancia que tiene la región en materia penitenciaria”, indicó el director regional de Gendarmería, coronel Francisco Alarcón Aravena. 

Pero además, la llegada de los nuevos uniformados coincide con fechas complejas y de mucho movimiento para el Servicio. Y es que en vísperas de fin de año, es cuando se tienden a producir más riñas al interior de las cárceles. Pero desde Gendarmería, están conscientes de esta realidad, y por lo mismo, desde la semana pasada se intensificaron los controles y se aumentó la seguridad en los recintos penitenciarios.

“Es época de fiesta, de celebración, que muchas veces genera sentimientos de angustia o melancolía en la población penal, lo que los lleva a actuar de manera impulsiva. Es nuestro deber, como entidad a cargo de la seguridad de los internos, resguardar su integridad tanto física como mental. Y eso es lo que se busca justamente, con este tipo de acontecimientos”, explicó el coronel Alarcón.