Muertos. Pero no tanto. (En el universo ficción)

16 Junio 2021
La muerte no es definitiva cuando hablamos de personajes, si bien existen eventos o momentos icónicos que representan sus decesos, los distintos cambios contextuales pueden traer inesperados regresos, incluso de quienes jamás pensamos volver a saber.
Rojo Collao >
authenticated user Corresponsal Ciudadano

En el ocaso del año 1992 una peculiar noticia comenzaba a repetirse en los distintos medios de comunicación norteamericanos, la anunciada muerte de uno de sus íconos más relevantes se tomaba las discusiones coloquiales y la verdad no era para menos, alguna vez Nietzsche lo describió como un ser que trascendía las barreras de la madurez moral y espiritual, dentro de las curiosas ironías de la vida fueron dos judíos de New York quienes lo trajeron a la vida  y los periódicos pregonaban su deceso: Superman Iba a Morir.

Una leyenda moderna por excelencia, la historia de un niño adoptado por gente buena y humilde, que se forma para ser el Salvador del mundo es muy similar a la más grande historia jamás contada y resulta ser la construcción de un mito que hasta el día de hoy se reinterpreta. El fenómeno de los superhéroes nace con Superman en Action Comics #1 y resultó ser un ícono con el poder de trascender sus ideales de justicia en un periodo de tiempo oscuro para los ciudadanos de E.E.U.U, influencia de varias generaciones además de ser uno de los personajes más reconocibles creados en el Siglo XX, con el tiempo Kal-El agarró un corte mesiánico alejándose de la perspectiva nacionalista de sus primeras décadas, debido a su rol de salvador del mundo en incontables historias de DC Comics. El contraste entre lo inalcanzable que es la figura de Superman, con lo humanamente genuino que logra ser con sus padres como un granjero de Kansas resultó ser parte fundamental de la esencia del personaje, los años demostraron siempre que Clark Kent es su verdadera identidad y ahora era su momento de enfrentar lo inevitable y aterrizar a la deidad, enfrentar la muerte, ineludible enemigo de los seres de carne y hueso.

Superman no es de carne y hueso, es una idea, un personaje manejado por múltiples autores en una editorial, esta representación pomposa de anunciar su muerte fue una movida totalmente comercial, DC Comics necesitaba generar ventas y construyó esta historia desechando varios años de planificación que contaban con un arco argumental de Superman en su esperado matrimonio con Lois Lane (arco que llegó a darse varios años después). Es más, a lo largo de la década múltiples historias que involucraban a icónicos personajes de DC Comics como Flash, Green Lantern, Batman y Wonder Woman, fueron llevaron a limites insospechados y presuntas muertes. Sin embargo, ustedes hoy en día perfectamente pueden buscar un comic actual de estos personajes y verán que en su contexto se encuentran perfectamente bien, vivitos y coleando dirían por ahí ¿Por qué?

Verán, el mundo de las dos grandes editoriales de Comics (DC y Marvel) funcionan a base de constantes cambios y reordenamientos de Status Quo manejados por grupos editoriales, diversos personajes interactúan entre ellos cambiando las cosas “para siempre” sin embargo, esto jamás es así. Nada es para siempre en estos mundos de comics, incluyendo las muertes. Nosotros los lectores o las personas que estamos fuera de la industria solo podemos percibir la épica creada por la narración de los equipos creativos debido a que sentimos cierto vínculo por estos personajes, pero no debemos olvidar nunca que detrás de todas esas luces y batallas de superhéroes agarrándose a combos con villanos, existen personas que manejan el destino de estos personajes.

Uno puede mencionar que esa clase de muerte simbólica, grande y épica es difícil de replicar en personas comunes y silvestres como nosotros, sin embargo, al igual que con los comics, podemos observar desde afuera como ciertos personajes que manejan real “poder”, de ese que cambia las reglas de nuestros contextos como ciudadanos de a pie, poseen muertes épicas o humillantes, ejecuciones públicas de sus nombres de las cuales es casi impensable imaginar que podrían recuperar algo de su perdido honor. No obstante, el tiempo es generoso y permite que regresen, por lo que nuestro Jet Set político termina siendo un ejemplo totalmente palpable de este fenómeno, debido a que como votantes buscamos creer en alguna persona que pueda gestionar mejor las necesidades que tenemos en nuestros sectores o territorios y ellos buscan nuestro apoyo, lo que deriva en que sus caídas estén llenas de parafernalias.  Quiero agregar que me referiré algunos casos recientes de este fenómeno, sin embargo, solo me remitiré a quienes tengan alguna incidencia en postulaciones a cargos públicos por medio de voto popular, debido a que los designados (que al menos en la cámara baja ya suman 11) operan bajo una lógica “zombie” más que de resurrección, como es el caso del cuestionable personero a cargo del Plan Estadio Seguro y las nefastas negociaciones en Walmapu, Cristian Barra.

De qué otra manera se puede explicar que Yasna Provoste, primera ministra destituida por medio de una acusación constitucional sea la actual presidenta del senado. Su muerte política en su momento fue tremendamente humillante para la concertación e incluso los de la “en ese entonces oposición” vitoreaban con su ejecución pública, por otro lado, el mismo candidato principal de Chile Vamos, Joaquín Lavín quien hace 21 años estaba en la misma posición de ahora, un chico forjado en las manos de Jaime Guzmán, Jovino Novoa y otros notables personeros de la derecha fue abandonado por su propio partido, quienes como coalición prefirieron darle sus votos a alguien que venía del mundo de las finanzas con una discreta carrera de Senador, solo el tiempo terminó por demostrar cuanto perdió la derecha con ese espaldarazo a Sebastián Piñera y por otro lado, Lavín fue relegado al ingrato gabinete de educación, todos sabemos cómo le fue ahí. Ambas muertes frías, ambas muertes con fines funcionales, apoteósicas, dignas de traer público a sus muertes, en todos los titulares del país.

El fin de la era lagos y el comienzo del paleteo Bachelet-Piñera-Bachelet-Piñera planteo una serie de modificaciones al escenario político que per se ya sufrió una serie de cambios durante estos años, el Statu Quo fue modificado por diversos factores y sus íconos que debían mantenerse inmaculados como salvadores de la democracia cayeron uno a uno manchados por el estigma de la corrupción. Estos casos no son ninguna novedad, múltiples colusiones, casos de financiamiento ilegal de la política, desfalco en las carteras de las fuerzas armadas terminaron por marcar para siempre a la política chilena, el descontento fue tal que resultaron en una catarsis ciudadana dando paso a la revuelta de octubre del 2019, donde la consigna del despertar se transformó en un estandarte frente como una propuesta de cambios profundos. Una nueva idea inmortal había nacido. Esto significa que las resurrecciones políticas terminaron ¿cierto?

La votación del plebiscito realizó un corte de distinta proporción en la sociedad chilena, el clivaje es otro y ya no responde a las lógicas del siglo XX que se llenan la boca con “Izquierda vs Derecha”, ahora la representación alejada de la política partidista es la que recibe un apoyo brutal esto sumado a la irrupción de independientes en la institucionalidad chilena resultaron ser un golpe letal para los ejes políticos que mantuvieron el poder del país en un ping pong eterno por 30 años. No obstante, tempranas fueron las noticias de mi muerte, dijo Tom Sawyer y en una nueva quimera, antiguos enemigos unen fuerzas en contra un mal mayor, digno de historia de superhéroes norteamericanas, tanto la ex concertación como Chile vamos entregan sus votos en una segunda vuelta a un claro representante de la forma de hacer las cosas durante estos 30 años dándole así por medio de Orrego un poco de pila a los partidos, pero su discurso revela que aún no están al tanto del cambio de escenario, el contexto es otro y no saberlo significara otra caída digna de presenciar. Sin embargo, reitero, no hay que olvidar que detrás de toda la parafernalia y la épica siempre hay editores, en las sombras, susurrando y manejando todos los cambios detrás de todo, incluyendo el destino de estos personajes.