Opinión: Educar para la diversidad en el aula

09 Julio 2014

En el marco del seminario “Educando en la diversidad  en el aula”  del colegio Pierrot, se abordaron diversas temáticas en torno a la educación. 

Alejandra Soler >
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La Doctora Cecilia Assael, Directora del Centro de Desarrollo Cognitivo de la Universidad Diego Portales, aportó interesantes antecedentes respecto a la necesidad de que la Educación de un giro relevante en términos de  política e implementación de acciones eficientes. “En este momento, el marco conceptual que se utiliza en las políticas está cercana a lo que Vigosky llama la formación social de la mente, es eminentemente inclusivo. Sin embargo, difiere enormemente de los sistemas de implementación y de evaluación”, aparece ejemplos como el Simce para calificar y sin duda estos,  instrumentos no logran responder a los posicionamientos teóricos desde los que se plantea la política y menos a lo que ocurre en las aulas.

Bajo esta perspectiva, se genera la violencia simbólica en contra de los estudiantes, pues además  la divergencia del lenguaje respecto a cómo entendemos la educación, la calidad y las maneras de hacer educación, nos alejamos de la comunicación que nos lleva al consenso.

Desde esta “forma” de hacer las cosas, Assael específica que aparece la invisibilización del ser, se apuesta, con las mediciones y políticas, a establecer un crecimiento homogéneo de cada uno y una en un aula. La  capacidad de trabajar desde la diferencia queda hundida. El ser distintos es “malo”. “Aparece la discriminación, y una manifestación clara de esto es la necesidad de etiquetar a los y las estudiantes desde sus características, estableciendo diagnósticos que los posicionan en  lo permanente”. Entonces, el sistema de integración escolar se transforma en un constante ejemplo de la forma en que seguimos parcelando la realidad.

Assael, además de aportar una visión crítica del sistema educativo, encuentra su base en las aportaciones de la Teoría de la Modificabilidad Cognitiva Estructural de Reuven Feurestein, como una alternativa plausible para la mejora de los aprendizajes en los y las estudiantes. Acá el docente se transforma en un mediador que facilitará el acercamiento entre el o la estudiantes y el aprendizaje.  Es una de las posibilidades de cambiar la visión de la educación, generando un diálogo entre los  aprendizajes, los sujetos, el mediador  y las necesidades de un sistema que exige acercarse a lo que se denomina como “países desarrollados”.

En este mismo contexto, las constantes crisis en el ámbito educativo, ad portas de una discusión respecto a este tema a nivel nacional, requiere un abordaje que permita la participación de los actores sociales y sobre todo la incorporación de las experiencias que emergen de las aulas para la construcción de una política, mediciones y programas coherentes entre sí.

Sin duda Cecilia Assael, entrega una oportunidad cierta de reflexión-acción para aquellos que participan directamente en este proceso, es decir la escuela, la familia, los sujetos.