Opinión: La necesaria protección forestal de Valparaíso

18 Abril 2014

Hoy se hace urgente implementar a la brevedad una serie de prácticas que permitan minimizar los riesgos ante la ocurrencia de incendios forestales y evitar así nuevas tragedias. 

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La catástrofe originada por el gran incendio que ha afectado los cerros de Valparaíso, además de mover los hilos de la solidaridad nacional, nos debe llevar a una reflexión mayor respecto de cómo conviven los recursos naturales y, en especial, los recursos forestales- ya sean bosque nativo, matorrales y plantaciones - con el desarrollo urbano de las ciudades. 

Hay ciertas normas, principios y premisas que deben ser conocidos, respetados y aplicados. Al mirar la zona de Valparaíso y Viña del Mar desde la altura, se observa una amplia área urbana, rodeada por una vegetación continua, que penetra a través de las quebradas; situación que se repite en varías otras ciudades y áreas urbanas a lo largo y ancho de Chile.

 

La vegetación de las afueras de la ciudad cumple valiosas funciones productivas, sociales y ambientales, la que cuenta con un marco regulatorio afín y donde existen instituciones que operan, fiscalizan y controlan.

 

De igual modo, la vegetación que se ubica al interior de Valparaíso, localizada a lo largo de las pendientes y quebradas, tiene también un rol importante por las funciones que juega en el paisaje, en la amortiguación de las aguas y protección del suelo ante procesos torrenciales y de escorrentía que, para esta ciudad, son aún más relevantes. Lamentablemente, esta vegetación no está sometida a regulación y no hay institucionalidad que vele por su adecuada mantención y desarrollo.

 

Hoy se hace urgente implementar a la brevedad una serie de prácticas que permitan minimizar los riesgos ante la ocurrencia de incendios forestales y evitar así nuevas tragedias.

 

En relación con los recursos forestales que rodean la ciudad, debería existir una clara y consolidada barrera cortafuego, a modo de cinturón aislante, de un ancho efectivo que dé cuenta del relieve y de los vientos presentes en la zona, que permita contener cualquier amenaza de incendio. Esta zona de seguridad debe establecer con claridad un límite que excluya lo urbano de la zona de vegetación continua, para detener la propagación de los incendios forestales que allí se originan.

 

Por su parte, la vegetación que se ubica en las pendientes y quebradas, en el área urbana de la ciudad puerto, debe estar sometida a un plan maestro de manejo forestal de carácter permanente, cuyos objetivos apunten a potenciar en estos espacios públicos sus funciones ecológicas y de paisaje, en conjunto con poner control al material combustible, minimizando riesgos de incendio y de su propagación. Un aspecto relevante es la composición de las especies, donde el eucaliptus es altamente combustible y por ello de alto riesgo, por lo que debería excluirse y promover la forestación con especies inocuas.

 

En este escenario, la silvicultura urbana es la técnica forestal que, aplicada correctamente, potenciaría el rol de los árboles y de la vegetación en el paisaje de Valparaíso, mejorando la calidad de vida de los porteños y de sus cerros, permitiendo a su vez dar protección minimizando y acotando los riesgos ante catástrofes, como los incendios vividos en estos días.

 

Víctor Venegas V.

Académico escuela de Ingeniería en Agronegocios

Facultad de Ciencias Económicas y Administrativas

Universidad Central