Padre e hijo se reencontraron tras varios años al ser hospitalizados en La Serena en plena pandemia

20 Junio 2020

Los conflictos quedaron atrás, dándose una segunda oportunidad, un emotivo momento que llenó de esperanza, amor y alegría a una familia serenense y a todo el personal de salud.

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Los ojos de Viviano y Juan evidencian emoción. Y es que a sus 85 y 62 años jamás imaginaron que volverían a encontrarse y mucho menos, entre las paredes de un recinto asistencial, en medio de una crisis sanitaria que afecta a todo el mundo.

Hospitalizados en La Serena, este padre e hijo le dieron una segunda oportunidad a su relación, luego de no haberse visto durante toda la pandemia y permanecer distanciados hace ya varios años.

“Reencontrarme con mi papá ha sido muy bueno porque siempre hemos tenido algunas diferencias. Cuando se fue de la casa estaba medio enojado, pero ahora nos reencontramos y ya no hay rencillas. Cuando venía entrando a la sala dije ´¡Oh, es mi papá!´, pero dejé hasta el otro día porque tenía que venir a saludarlo bonito, encachado y bañadito. Fue mucha emoción el reencuentro, yo siempre creí que mi papá, sea como sea, estaba ahí conmigo, él tiene su genio y todo, pero estamos los dos al lado del otro, si tengo que apañarlo, lo ayudo”, expresó Juan.

Tanto Viviano como Juan Jaime ingresaron a la Unidad Geriátrica de Agudos (UGA) del Hospital San Juan de Dios de La Serena en junio, el padre por una enfermedad pulmonar crónica y el hijo, luego de haber sufrido un accidente cerebrovascular. Allí, dieron el primer paso para sanar sus heridas, ocasionadas por conflictos familiares del pasado.

Con gran nostalgia y esfuerzo, debido a las secuelas que dejó el ataque cerebral que sufrió, Juan manifestó que “sea como sea, yo dejó todo atrás y mi papá está conmigo en todo lo que estamos viviendo. Yo nunca me imaginé que iba a pasar esto con él ¿por qué teníamos que estar así para amar de verdad? yo siempre he sido llorón y ahora estoy muy emocionado”.

Josefina Álvarez, enfermera de la UGA del establecimiento serenense, relató que “él solito se quiso levantar de la silla de ruedas y fue a ver a su papá. Conversaron un buen rato y nosotros estábamos muy impresionados porque en realidad el encuentro fue muy tierno y emotivo. Estábamos expectantes a ver qué pasaba y la verdad es que nos llamó mucho la atención y emocionó ver que don Juan le decía a su padre que esto era un gran paso para ambos y que les iba a servir mucho como relación de familia”.

En tanto, Rodrigo Acuña, técnico en enfermería de la unidad, comentó que ambos “se quedaron mirando fijamente, luego se saludaron y se abrazaron y estaban muy emocionados. Después de este abrazo, pudieron hacer las paces y ahora han vuelto a retomar el tiempo perdido”.

Actualmente, tanto Viviano como Juan pueden disfrutar del maravilloso regalo de estar recuperados en sus respectivos hogares y podrán compartir sanos y en paz un nuevo Día del Padre este domingo. Sin lugar a dudas, esta es una historia que constituye una significativa luz de esperanza, entre tanto dolor y sufrimiento provocado por la pandemia. 

Al respecto, Josefina sostuvo que “ver esto, dentro de todo el aislamiento que todos debemos tener, es muy emocionante y gratificante porque no sólo nos ayuda como profesionales sino también como personas, nos llena mucho el corazón a todos. Es muy muy bonito ver este proceso entre dos personas que tenían un conflicto y ahora están retomando su relación”.

Con todo el cariño que caracteriza a su equipo, Rodrigo confesó que experiencias como estas “hacen que uno quiera hacer de mejor manera el trabajo, esforzarse un poquito más para ayudar a las personas para que superen esta situación que se está viviendo hoy en día. Siempre está la esperanza sobre el dolor, sobre la tristeza siempre tiene que haber alegría”.