¡A propósito de una Nueva Constitución! La importancia de ser ciudadanos con cultura científica reflexiva

09 Marzo 2020

La cultura científica con reflexión es relevante no sólo como un interés individual, sino como un bien público de libre acceso para todas y todos.

Iver Nuñez >
authenticated user Corresponsal Corresponsal Ciudadano

Pensar sobre el porqué es necesario que nos transformemos en personas y ciudadanos con una cultura científica reflexiva lo podemos responder a partir de los siguientes enunciados:

“Las aplicaciones de la ciencia tienen con frecuencia implicancias éticas, sociales, económicas y políticas”.

“El objetivo de la educación en ciencias debería ser capacitar a todos los individuos para que, informadamente, tomen parte en las decisiones y participen en acciones que afectan su bienestar personal y el bienestar de la sociedad y de su medio ambiente”.

Estas reflexiones aparecen en un libro llamado “Principios de las Grandes ideas de la Educación en Ciencias” editado por Wynne Harlen[1] ¿por qué es el relevante esta autora para un contexto educacional chileno? Porque el currículo de ciencias en Chile la contempla como referente para la educación en ciencias que se debe impartir en las aulas del país, pero más allá de eso, estas 2 frases tienen mucha razón. Pensemos sobre el siguiente ejemplo y otros que se nos puedan ocurrir mientras leemos este.

En Chile en 1920, después de la primera guerra mundial, la mayoría de las oficinas salitreras habían cerrado, lo que desencadenó una grave crisis social y económica. ¿La razón? Porque en 1909 el químico alemán Fritz Haber (quien posteriormente recibió el Premio Nobel de Química) logró destilar del aire el amoniaco.

Este compuesto químico sirve para la elaboración de fertilizantes y explosivos, para lo mismo que se usaba el salitre que exportaba Chile, lo que implicó que el salitre chileno fuera reemplazado, ya que posteriormente este proceso de destilación del amónico fue llevado a una escala industrial, por lo tanto, el salitre chileno al ser una materia prima que se vendía tal cual, sin ningún valor agregado, ya no fue competitivo en el mercado.

En otras palabras, este conocimiento científico generado en 1909 y sus aplicaciones tuvieron un impacto social, económico y político en el Chile de aquella época, y de hoy de alguna manera, que a su vez afectaron nuestro bienestar personal, social y ambiental.

Por lo tanto, es necesario que las ciencias y el desarrollo de una cultura científica y tecnológica sean de nuestro interés, para poder participar informadamente de las decisiones que afectan nuestro bienestar social e individual.

Por lo mismo, la cultura científica con reflexión es relevante no sólo como un interés individual, sino como un bien público, es decir el conocimiento científico y la cultura científica deben ser de libre acceso para todas y todos.

De ahí la importancia que las Políticas Públicas en Ciencias de Chile se aboquen a desarrollar una cultura científica y tecnológica con un fuerte componente ético y social. A propósito de la discusión sobre elaborar una Nueva Constitución, pensemos en como una cultura científica de calidad y reflexiva, por ejemplo en ciencias sociales, economía, innovación, ecología y medio ambiente pueden contribuir de forma muy positiva a desarrollar una Constitución para todo nuestro país, pero sin perder de vista el contexto de una región, de un territorio o localidad con sus particularidades que le permitan hacer emerger todo el potencial que tenga en beneficio del bienestar social y su entorno.