¿Qué Chile? Percepción v/s Realidad

23 Octubre 2020

La profunda brecha entre percepción y realidad es uno de los principales escollos para lograr un desarrollo equitativo.

Gwen Saffie >
authenticated user Corresponsal Corresponsal Ciudadano

En las postrimerías de su mandato, el entonces ministro de Salud, Jaime Mañalich, se despachó una frase que inflamó los ánimos y sin duda precipitó su salida: “hay un nivel de pobreza y hacinamiento del cual yo no tenía conciencia de la magnitud que tenía”.

Este arranque de sinceridad no es una confesión personal aislada, sino que grafica uno de los principales problemas de las altas esferas políticas, sociales y administrativas del país. Emulando a Andrés Calamaro, la pregunta ineludible es: ¿De qué hablamos cuando hablamos de Chile?

Esa misma pregunta se hicieron los integrantes del Círculo de Directores, organización que reúne a los directores de las empresas más gravitantes del país. En conjunto con la empresa de big data Unholster, decidieron investigar qué tan cierto era que la élite chilena estaba desconectada de la realidad nacional.

Para desarrollar este estudio, se encuestó a un grupo de líderes de opinión (empresarios, políticos, académicos, comunicadores) acerca de temas relacionados con desigualdad económica, que luego serían contrastados con datos de diversas fuentes públicas (CMF, Registro Civil, INE, Casen, Censo, SII, Banco Mundial, etc). 

Una de las preguntas de la encuesta, que se aplicó entre fines de agosto y principios de septiembre de este año, era determinar qué porcentaje de la población nacional pertenecía a la clase media, tomando los parámetros del Banco Mundial (ingreso per cápita mensual de entre 160 y 800 mil pesos).

En promedio, la respuesta fue 57%, estimando además un 25% de chilenos en situación de pobreza y 18% de clase acomodada. Es decir, se percibía que la mayor parte de los chilenos son de clase media, formando un gráfico tipo campana para describir la distribución de ingresos. Los datos duros muestran una realidad dramáticamente distante: solo el 20% de los chilenos pertenecen a la clase media, mientras que 77% es clase baja y el 3% es clase acomodada. Más de tres cuartos del país vive con menos de 160 mil pesos al mes.

Somos un país pobre, más pobre de lo que pensamos. 

Una posible fuente de discrepancia a este ejercicio es hablar de ingresos per cápita v/s salarios. Estamos más familiarizados con las cifras de ingresos por hogar, por lo que las cifras per cápita pueden causar escepticismo. 

El valor de la vivienda fue otro de los aspectos consultados. En promedio, la percepción de esta élite es que el avalúo fiscal de la vivienda del nivel socioeconómico bajo es de 27 millones, mientras que una casa de clase media tendría un valor de 84 millones de pesos. La realidad es que una casa de clase media vale en promedio 23 millones; en el grupo de menores ingresos, el valor de la vivienda es de poco más de 7 millones.

Al respecto, en el informe se consigna que “de acuerdo a la percepción de la élite, el valor de una vivienda promedio en una comuna como Quinta Normal es poco más de un tercio de aquella donde viven ellos, y en el caso de una comuna de grupo bajo, la relación sería de 1 a 8. Sin embargo, en realidad la relación es de 1 a 9, y de uno a 30 en los sectores medio y bajo, respectivamente”.

En la dimensión salud, la brecha entre percepción y realidad también es amplia. El grupo encuestado considera que el acceso a isapres en el estrato bajo es de 8%, siendo que la cifra real es cero. En el caso de la clase media, la percepción es 39%, aunque los datos reales hablan de apenas un 18%. Así, una de las conclusiones del estudio es que la salud privada y la afiliación a isapres se circunscribe casi exclusivamente a los niveles socioeconómicos más altos.

El estudio aborda otras áreas que ayudan a completar el panorama de cómo la élite ve al país, versus las cifras reales. El resultado de este ejercicio de autocrítica preocupa y sorprende: la visión disonante, que invita a conclusiones divergentes, hace imposible tomar decisiones sensatas.

Chile es un país enfermo, con un diagnóstico errado. Si quienes toman las decisiones no conocen el país, ¿cómo podemos tener políticas públicas adecuadas? Si no sabemos qué está mal, ¿cómo podemos corregirlo? 

Conocer el Chile real, con sus fortalezas y debilidades, es un imperativo para todas las esferas políticas, comunicacionales, empresariales y administrativas. Basar las acciones en datos reales, y no en las percepciones, es el único camino posible para avanzar en la aplicación de políticas efectivas, eficientes y que contribuyan al desarrollo de todo Chile. Del Chile de verdad.

Para conocer más de la encuesta, la pueden encontrar en: https://accionempresas.cl/content/uploads/estudio-percepciones-sobre-desigualdad-en-la-elite-chilena-compressed.pdf