¿Sirven las dietas de moda?

17 Marzo 2017
Ya sea el Método Grez, la Dukan, eliminar el gluten o la lactosa sin indicación médica, siempre tenemos una “dieta de moda”.
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Una receta fácil, rápida y que requiera del mínimo esfuerzo para perder algunos kilos parece ser lo que buscan los chilenos. Ya sea el Método Grez, la Dukan, eliminar el gluten o la lactosa sin indicación médica, siempre tenemos una “dieta de moda”. Sin importar su nombre, todas se basan en eliminar o restringir algún alimento y quienes las siguen no se cuestionan si estas conductas tendrán efectos a largo plazo y dañarán su salud.

Lo primero que debemos saber es que “cualquier dieta que limite la ingesta calórica nos hará perder peso, pero las que restringen por completo un alimento actúan en desmedro de la salud, ya que generan falta de nutrientes, gatillando deficiencias y un efecto rebote”, asegura la nutricionista de la Clínica Dyet Katherine Larraguibel.

La doctora Verónica Gaete, médico especialista en trastornos alimentarios de la Corporación SerJoven, dice que “la forma más saludable y efectiva de perder peso y mantenerse luego es teniendo una dieta balanceada, que no sea estricta ni demonice alimentos, y realizando actividad física”.

Por su parte, el médico especialista en nutrición y asesor de Herbalife, Pedro Barreda, es tajante en afirmar que “ninguna dieta de moda o las enseñanzas de gurús darán mejores resultados que una alimentación balanceada, de hecho, sus consejos sin una adecuada supervisión médica pueden ser contraproducentes y causar más daños”.

La verdad de las modas

Larraguibel señala que el Método Grez aumenta el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares y cáncer ya que restringe alimentos como granos, frutas y carbohidratos integrales que tienen un efecto cardioprotector y disminuyen el riego de cáncer. “Siempre que un nutriente falte y no se suplemente se generan problemas, incluso se pueden desatar patologías asociadas únicamente con esta carencia”.

Para la doctora Gaete el erradicar los lácteos sin una razón médica es contraproducente -al menos en niños y adolescentes- ya que ponemos en riesgo la salud general del cuerpo. “El que no consumamos lácteos nos quita una de las fuentes más importantes de proteínas y calcio, lo que puede tener serias repercusiones en el organismo y en la fortaleza de los huesos”.

Pedro Barreda agrega que el daño de estas dietas no va solo en relación a la falta de un nutriente -la cual admite importante- sino que a la ausencia de control de un nutriólogo o nutricionista. “El éxito de una persona inspira al resto a imitarlo, sin tener claro por qué funcionó ni en cuenta de que cada individuo tiene sus propios requerimientos nutricionales”.

Cómo se hace una moda

Según Barreda el responsable es nuestra sociedad que busca la gratificación inmediata y no le toma el peso al hecho de que ponerse en forma es una decisión de todos los días “comprar alimentos bajos en calorías y enseñar a los hijos a comer bien en más fácil que nunca, pero la gente prefiere tomárselo a la ligera”.

La nutricionista Katherine Larraguibel concuerda con Barreda, en cuanto a que la gratificación inmediata es lo que mueve a quienes siguen estas dietas. “A la gente le gusta comer grasa y el escuchar que no tienen que dejar de hacerlo para perder peso, les suena como una solución mágica, entonces se auto engañan y se olvidan de pensar en el futuro y cómo las decisiones de hoy les afectarán mañana”.

Entonces, ¿qué hago para perder peso y mantenerlo?

El doctor Pedro Barreda asegura que lo primero que se debe hacer es ponerse en manos de un equipo de especialistas, ojalá de un médico y un nutricionista que trabajen de la mano y acompañen al paciente en su proceso de pérdida de peso.

Por su parte Larraguibel agrega que para bajar de peso es clave acelerar el metabolismo sin restringir las calorías y para ello aconseja:

  • Fraccionar la alimentación: comer cada 2 a 4 horas.

  • Incluir proteínas magras en la mayoría de los horarios: preferir pescado, mariscos, pollo, pavo, huevos y lácteos.

  • Disminuir el consumo de grasas saturadas y de carbohidratos simples como el azúcar y el arroz, pastas y pan blancos.

  • Incorporar alimentos altos en fibras para aumentar la saciedad como a frutas cítricas o de agua, verduras, legumbres, quínoa, amaranto y carbohidratos integrales.

  • No cocinar con aceites.

  • Hacer actividad física.

  • Tomar los líquidos necesarios a diario (según cada persona).

Para mantener el peso deseado la nutricionista recomienda no hacer dietas restrictivas ya que enlentecen el metabolismo y darse “pausas” una o dos veces en la semana para comer algo rico.

La doctora Verónica Gaete, coincide en este punto al afirmar que una alimentación balanceada tiene que ser ordenada pero flexible a la vez. “No hay ningún problema con que se coman alimentos que pueden ser más calóricos, siempre y cuando no sea muy frecuentemente porque cumplen con una función que tiene que ver con el placer, con lo social, no sólo la nutricional. El prohibir o satanizar completamente las grasas y dulces de la dieta lo único que genera es más ansiedad por comerlos, desencadenando atracones, predisponiendo a trastornos alimentarios y a subir de peso”.