Tabaquismo: revisión a un problema global

Sin duda que, con el paso del tiempo, cada vez más personas toman conciencia sobre el riesgo que significa consumir tabaco. Es por esto que cada 31 de mayo se celebra el Día Mundial Sin Tabaco, como medida global para disminuir esta adicción que afecta a más de 6 millones de chilenos.

Su efecto es tan nocivo para el organismo que causa daños prácticamente en cualquier órgano del cuerpo. “Provoca enormes perjuicios a nivel cardiovascular, es factor de riesgo para la hipertensión arterial, las cardiopatías coronarias y accidentes cerebrovasculares, así también es el principal factor para desarrollar la Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC), y mención aparte es su rol como carcinógeno para prácticamente cualquier cáncer del organismo”, enfatiza el Dr. Cristián Deza, médico broncopulmonar de Clínica Tabancura.

Y si no fuese suficiente, el tabaquismo afecta tanto a quien fuma como a quien no lo hace. “Para una persona que no fuma, los daños potenciales son prácticamente los mismos, pero se requiere de una mayor carga de inhalación de humo, comparado con el fumador activo”, explica el Dr. Deza.

Tabaco y enfermedades mentales

Se ha demostrado que el consumo de tabaco aumentaría el riesgo de algunas enfermedades psiquiátricas –especialmente depresión– aunque la naturaleza de esta relación no ha sido establecida. “Lo más relevante es el poder adictivo del tabaco, especialmente la nicotina, responsable de la dependencia que genera el fumar.  Produce una serie de alteraciones a nivel del sistema nervioso central, las cuales se intentan revertir con tratamientos farmacológicos”, indica el especialista de Clínica Tabancura.

Dejar el Tabaco: el principal desafío

Pese a los graves daños que provoca en el organismo, el abandono del tabaco es lo que resulta más complejo para quienes están habituados a su consumo, siendo aún más difícil para quienes intentan dejarlo de manera voluntaria.

“Ocurre que el cigarro tiene diferentes significados para las personas. Para algunas, por ejemplo, el cigarrillo es un compañero, el que calma la ansiedad, el que acompaña mientras se hacen otras actividades, como ver televisión o caminar, o un símbolo del compartir con un otro en un espacio social. Entonces, dejar el cigarro es como vivir un duelo”, explica Solange Miller, Coordinadora de Psicología de Clínica Bicentenario.

La especialista agrega que, por otra parte, el consumo de tabaco provoca una adicción que, a la larga, acostumbra al cuerpo a la presencia de la nicotina. “En quienes ya sufren una adicción al cigarro, suelen experimentar un síndrome de abstinencia, al igual que como ocurre en el caso del alcohol, el que se ve reflejado en irritabilidad, temblores, ansiedad por comer, sudoración e, incluso, insomnio”, señala.

¿Cómo ayudarse a dejarlo? La psicóloga entrega algunos consejos: 

Consejos prácticos para dejar de fumar: 

1.       Reconocer la adicción. Es el primer paso.

2. Prepararse psicológicamente. Analizar qué significa el cigarro en su vida. “Si se piensa que es un compañero, es importante darse cuenta que puede ser reemplazado y que, con ayuda de especialistas, se pueden buscar otras alternativas que efectivamente resuelvan esa carencia”.

3. Apoyo del entorno. La empatía de la familia es fundamental, por lo que si otro miembro de la familia fuma, debe suspender en casa el consumo de tabaco para no incitar a una recaída.

4. Manejo de la ansiedad. Por ejemplo, a través de chicles y mentas. Si es mucha la ansiedad, consultar a un psiquiatra acerca de medicamentos de apoyo, como ansiolíticos y otros relacionados al manejo del estrés. 

5. Adelantar un plan de recaída. Como recaer es una opción, hacer una lista de los pros y los contras de fumar, enfatizando el lado positivo: el ahorro que implica, qué es lo que se ganará en términos de salud, etcétera.

6. Apoyo de tratamientos. Cuando la voluntad no es suficiente, buscar la ayuda de un especialista en la asesoría de tratamientos o uso de dispositivos como parches de nicotina y cigarros electrónicos, entre otros.