Un ejemplo de cómo ocurre la sequía en Chile: Luksic y el agua en el Valle del Elqui

26 Febrero 2021

El acaparamiento de aguas de Luksic en el Valle del Elqui no es casualidad, sino causalidad: El Estado ha dejado todas las facilidades para que haga esta práctica sin remordimientos.

Francisco Varas >
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El Valle del Elqui ha sido un lugar que siempre ha atraído a los turistas y habitantes de la región. Por una parte, su cielo limpio y estrellado llama la atención tanto para hippies como astrónomos; Por otra, la belleza natural de sus viñas pisqueras y demás productos dan una imagen de abundancia. 

Dentro de mi experiencia, desde los primeros momentos en que pisé este suelo hermoso, me percaté de ello. Sin embargo, llegó un momento en que, entrando a Paihuano hasta el pueblo de Pisco Elqui, mucha gente me dijo: “Mira, todas estas hectáreas son de Luksic”, apuntando -literalmente- a la mitad del territorio. 

Anonadado pensé “Qué tipo con más plata”, pero se quedaba ahí. Ahora con la evidente sequía, me di cuenta que no es más que la punta del iceberg de un problema bastante más grande: la extracción, usurpación y acaparamiento de los recursos naturales de un empresario que deja a varios pequeños agricultores en condiciones pésimas para seguir su actividad y, por ende, su modo de vida. 

Esto ha caldeado los ánimos poco a poco dentro de la zona. Y es que en Diciembre del año pasado, según revela CIPER, la empresa agricola El Cerrito (productora de uva de exportación y propiedad de Luksic) tenía un punto de extracción de agua irregular. Algo que sólo se viene a sumar a una multiplicidad de hechos que terminaron en sumarios sanitarios para la empresa, como es el uso de plaguicidas en sus plantaciones. Es decir, aparte de acaparamiento, contaminación. 

Todos estos acontecimientos desembocan en la denuncia de agricultores, quienes a través de caravanas, marchas y protestas ante autoridades, demuestran la existencia de desvíos de aguas y pozos no autorizados. 

¿La respuesta de la empresa? “Se encuentra ahí desde mucho antes que El Cerrito comprara los primeros terrenos hace casi 30 años” explican al mismo CIPER. Pero claro, los inocentes no se dieron cuenta, o querían hacer vista gorda. ¿Por qué tiene que ser a partir de protestas que asuman su extracción irregular de agua? Y si no se hace la denuncia ¿Cuánto tiempo más estarían haciendo esta actividad? 

La encargada de ver esto es la Dirección General de Aguas, la cual debe iniciar una investigación con las sanciones debidas. Pero es necesario que actúe con la rapidez y eficiencia correspondiente, de modo que sirva de ejemplo para situaciones similares que ocurran dentro del país. Porque está claro que ocurre en otros lados. 

Hace poco escribí una columna donde hablaba sobre cómo los grandes propietarios de paltos extraían agua indebidamente y preferían pagar una multa para seguir haciéndolo.

Que en este caso ocurra algo similar, sólo da muestra que el problema no es el producto que se trabaja, sino el modo en que se trabaja. Es decir, podemos producir uvas, papas, uvas y hasta guayabas (exagerando un poco), pero con este modelo siempre va a haber alguien que acapara todos los recursos y ganancias. Si bien, hay productos que son más aptos que otros, lo que más afecta es la desigualdad, en este caso, productiva, y que fomenta el Estado chileno amparado en su obsoleta Constitución.

https://www.elobservatodo.cl/noticia/sociedad/la-cotizada-palta-por-que-se-ha-transformado-en-un-privilegio-para-pocos 

 Es necesario que exista una fiscalización más intensa hacia las grandes empresas que extraen agua. Más que nada, ellos actúan según las facilidades que el Estado les brinda. Mientras no exista supervisión, se sentirán con todo el derecho de hacer uso de estas estrategias de acaparamiento. Derecho en el sentido legal, mas sabemos que no ético. 

Cómo va a ser posible que, mientras Luksic y compañía exportan grandes cantidades de uva sólo para enriquecerse ellos mismos, hayan agricultores de la zona que deban regar sóla una hora, y una vez a la semana. De eso se trata de pensar éticamente. Hay casos de intoxicación en los agricultores, incluso llegando a haber muertes a causa de pesticidas tóxicos en la zona. 

Y ahí está la empresa, usando plaguicidas como si nada. Pero siempre hay dos versiones, las empresas agrícolas que dicen que trabajan con químicos orgánicos; y la de los pequeños agricultores, que comprueban que no es así. Esto lo respalda la Seremi de Salud de Coquimbo, donde está el registro de intoxicación dentro de la zona, además de dos sanciones por sumarios sanitarios. 

El problema de la normativa estatal se encuentra en que no soluciona el conflicto de raíz, pues una multa no cambiará el modo de producción que ya lleva 30 años. Y si le sumamos los millones que ha donado Luksic a la Municipalidad de Paihuano (284,6 millones de pesos mediante la Fundación Oportunidad Educacional), pareciera que la imagen de este empresario queda como nueva. 

Pero ¿Se corresponden estas sumas de dinero con todo el daño medioambiental y social que genera la empresa de Andrónico? Creo que varios sabemos la respuesta. Lo triste es que viene  a ser un ejemplo de lo que ocurre en varias zonas del país. No es una casualidad, es una causalidad de las facilidades del Estado a los grandes empresarios. ¿No es sequía, es saqueo? No se puede resumir mejor.