Vecinos de Coquimbo recuperan casona del siglo XX y la convierten en sede comunitaria

El paso de los años es inclemente con el patrimonio histórico y urbano de las ciudades. Ese es el caso de Coquimbo, donde la creciente actividad portuaria y comercial hizo que los sectores periféricos a la terminal sufrieran el abandono y postergación en pos de aquel despegue industrial. 

Eso bien lo saben sus habitantes que, por décadas, han visto mermado su poder de convivencia por no contar con espacios de desarrollo comunitario. Eliana Zepeda, nacida y criada hace 80 años en el sector de Vicuña –aledaño a la molinera- pertenece a una de las familias más antiguas y asegura que hace años no se veía una renovación urbana. “Hemos esperado mucho para que se devuelva el carácter de barrio a este sector”, aseguró. 

Por ello es que resulta fundamental recomponer los lazos entre los vecinos y para ello el Ministerio de Vivienda y Urbanismo (Minvu), a través del Programa Desarrollo de Barrios, inició una intervención en ese tramo y como una de las obras finales fue la reposición de la histórica casona que le perteneció a Desiderio Molina. 

“Nos propusimos mejorar el barrio a través de inversiones que conservasen la historia de esta zona, por ello –junto a los vecinos- aunamos esfuerzos para dotar de 200 metros cuadrados de construcción, segundo piso y nuevas instalaciones de servicios básicos a esta importante propiedad que fue un ícono hace un siglo”, expresó el seremi del Minvu, Francisco Alcayaga.    

Eso lo reconoció José Rivera quien -pese a su juventud- entiende el significado de resguardar el valor histórico. “Es un gran logro recuperar esta casona en un sector patrimonial que perteneció a una de las primeras familias”, acentuó. 

Dentro de los principales atributos que trae consigo esta inversión de $65 millones realizada por el Minvu es que incentivará la vida en comunidad. “Ahora contaremos con mayor participación social trayendo beneficios para todos los vecinos”, indicó Edith Olivares. Por su parte, Ana Rivera no escondió su satisfacción, pues al contar con esta nueva infraestructura podrá postular a proyectos para jóvenes y adultos mayores del lugar. 

Así también, dentro de las externalidades que ya se comentan para el histórico barrio Vicuña, es que será el punto de partida para nuevas inversiones. “Esta sede debiera significar que se destinen recursos para espacios públicos y veredas”, dijo Gina Olivares. 

El seremi Francisco Alcayaga corroboró esa idea precisando que desde el sector público y privado hoy se hace más interesante visualizar nuevos polos de atracción económica que mejoren la calidad de vida de las familias que viven en esta tradicional zona residencial.