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Las lluvias que han caído durante el 2017 han traído excelentes noticias para la agricultura regional, luego de años de extrema sequía, causando problemas en la economía de la zona y en los animales que viven en dichos lugares.

Pero más importante que las lluvias, ha sido la gran cantidad de nieve que ha caído en la Cordillera y que permite que sus deshielos llenen los ríos y por consiguiente, los embalses de la región.

Según publica El Mercurio, la nieve acumulada en las altas cumbres de la zona, equivale en valor de cobertura a casi 7000 km2. Esto asegura que los caudales estarán en sus máximos históricos hasta marzo o abril del próximo año.

Gracias a esta condición, los agricultores de la zona han asegurado el riego de las cosechas y plantaciones, por lo menos, en cuatro temporadas. Sin restricciones y con libre disposición, como comentan estos empresarios.

Los ocho tranques de la región tienen acumulados 1.120 millones de metros3, lo que equivale a un 85% de su almacenaje total.