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Indignación ha causado el anuncio de que serán los clientes los que deben asumir el cambio de su medidor de luz, por uno de tipo inteligente.

Así se establece en la Ley 21.076, aprobada en enero de 2018, la cual establece que los medidores y empalmes pasarán a ser propiedad de las empresas y que los usuarios tendrán que pagar por las máquinas a través de las tarifas.

De aqui al año 2025 se estima que se instalarán 6,5 millones de medidores, con un costo de US$1.000 millones, los cuales deben ser cancelados por los propios clientes de las empresas eléctricas.

Los nuevos medidores permitirán operaciones de manera remota, pero significará la pérdida de trabajo para quienes realizaban la lectura de manera presencial. Además, significará un incremento en las cuentas, puesto que hasta los artefactos eléctricos enchufados sin usar marcarán consumo.

Por otra parte permitirán a las empreas eléctricas aislar e identificar problemas en el suministro, cortar parcialmente la energía eléctrica a clientes por no pago y registrar consumos por tramos.

No obstante el costo asociado al cliente ha sido motivo de duras críticas, por lo cual el diputado DC Gabriel Silber solicitó que el costo sea asumido por las empresas. Asimismo el diputado DC Raul Soto aunció la presentación de un proyecto de ley para revertir esta situación.