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El mismísimo Albert Einstein, ¡si el mismísimo!, ese que hablaba de la teoría de relatividad, la del movimiento browniano, el efecto fotoeléctrico, la equivalencia masa-energía, (la famosa E=mc2), y también del amor, tiene en su poder una de las frases más célebres jamás antes redactadas:  “Sin crisis no hay desafíos, sin desafíos la vida es una rutina, una lenta agonía (..)”, ¿qué tal?

Esa frase, absolutamente atingente al momento que vive el mundo, el país, y nuestra región, pues es sabido que nadie sabe, ni aprendió a cómo sobrellevar una pandemia de esta envergadura, sin embargo, tenemos la obligación como Región de Coquimbo, obligatoriamente, dar el gran salto digital (subirnos a la micro) que se ha difundido por años y años, y que no fue tomado con la importancia que se merecía. Ahora es una obligación.

La posibilidad cierta de optimizar procesos, de obtener eficiencia y eficacia, de mejorar la calidad de vida, y por sobre todo estar a la vanguardia de países OCDE, nos obliga a repensar un plan de desarrollo digital, que incorpore tanto a los sectores económicos de nuestra región (y sus ejes estratégicos de desarrollo) y la difusión en la ciudadanía, de la forma que fuese, siempre y cuando, asegure tasas importantes de alfabetización digital, cobertura de plan de datos a zonas rurales, accesibilidad a Wifi, planes de datos y democratizar la cobertura de Wifi y alfabetización digitales a tercera edad. Es decir, el máximo rendimiento a cada peso invertido por el Estado.

Si bien Chile ha tenido un avance sustancial en transformación digital, (no se puede desconocer) incluso alcanzando la categoría de Intermedio digital, creemos que no es suficiente. Existe un porcentaje importante de chilenos y chilenas de quintiles más bajos, con alta tasa de vulnerabilidad, bajos ingresos, alta cesantía, y por sobre todo un grupo de tercera y cuarta edad, tremendamente frustrado, con incluso alteraciones de salud mental que esas cifras rimbombantes no las ven.

Es por eso, que un plan, no sólo desde el punto de vista económico, sino social, es relevante para ayudar a mejorar la calidad de vida de miles de chilenas y chilenos, que en este confinamiento, se sienten ‘atados de manos” sin poder realizar una acción tan simple como comunicarse .

Es el momento de un desarrollo sostenible, no sólo de crecimiento, sino de desarrollo, donde todos y todas podamos construir el Chile digital que queremos.

PD: Otro “caperuzo”, llamado Isaac Newton, entre 1665 y 1666 desarrolló la teoría del cálculo, teoría de composición de la luz y la teoría de la gravedad mientra estaba confinado en su casa familiar en Inglaterra para protegerse de una gran peste que azotaba a ese país. 

¿Y tú, qué has descubierto en estos días de confinamiento?