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El 7 de abril próximo el Liceo Gregorio Cordovez de La Serena cumplirá 200 años de vida en un hito notable de la cultura y la educación para la ciudad y también para el país. Por eso habrá que celebrarlo como corresponde.

Hace poco recibí un ejemplar de la revista Eco Liceano, publicada a fines de 2020, en la que pude leer diversos artículos de interés y ver fotografías de grupos de estudiantes de distintas generaciones, egresados de este emblemático establecimiento fundado por Bernardo O’Higgins en 1821, a poco andar de la Independencia de la Corona española.

Me dio gusto leer un par de crónicas del profesor Sergio Santelices, ex alumno del Liceo -generación de 1950 - quien aborda temas de carácter ambiental de manera entretenida y siempre didáctica. En 1970 asistí a las clases de Castellano que don Sergio impartía en el Liceo 7 de Ñuñoa, y a partir de las cuales me convertí en un asiduo lector de la literatura latinoamericana y universal.

También disfruté las crónicas de Martín Faunes, de la generación de 1965, quien con su estilo recuerda cariñosamente al profesor Alfonso Calderón. Como muchos saben, Calderón fue un notable profesor de Castellano y reconocido escritor, acreedor del Premio Nacional de Literatura  en 1998. En su otro artículo, Faunes -académico y también escritor- relata su llegada al Liceo y la importancia que para él tuvo la amistad de su compañero de curso, Enrique de la Prida y Cortés.

El historiador y arqueólogo Gonzalo Ampuero, de la generación de 1958, también admira en su relato al profesor Calderón y junto a él, a otros insignes maestros como Dagoberto Campos (Historia); Jorge Peña Hen (Música); Humberto Elgueda (Química). “En la década de los años ’50 del pasado siglo hubo una especie de primavera para el pensamiento, la cultura y el progreso…”, dice Ampuero al inicio de sus líneas.

En las 54 páginas de esta revista, publicada por el Centro de ex alumnos del Liceo, presidido actualmente por Mario Gómez Grez, hay mucha historia condensada en sus numerosos textos e imágenes. Son largas las listas de ex estudiantes y ex docentes que pasaron por el establecimiento y que han contribuido de manera notable a la región de Coquimbo y a Chile.

Mi relación con el Liceo Gregorio Cordovez se inició en 1999, cuando acompañé a mi hijo Silvio, quien cursaría allí su enseñanza media, a los trámites de matrícula. Durante cuatro años fui a muchas reuniones de padres y apoderados; un par de veces fui a Inspectoría…

Cuando se publicó la biografía breve de Jorge Peña Hen (Editorial ULS 2017) fui invitado a presentar ese trabajo en el Liceo, del cual el Maestro (músico, director, docente) había sido alumno y profesor. El año pasado debería haber regresado para presentar la biografía breve de Enrique Molina Garmendia (Editorial ULS 2019), pero la pandemia lo ha impedido hasta ahora. Tal vez el 2021 sea posible compartir con estudiantes y docentes el resultado de la investigación sobre ese ex alumno del Liceo que llegó a ser un gran educador y filósofo.

Los preparativos para celebrar los 200 años ya están en marcha, me imagino.