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Como si la pandemia no fuera suficiente, ahora todos debimos enfrentarnos a la ansiedad que provocó el día del amor, una festividad netamente comercial que se aprovecha de la recalcitrante vulnerabilidad de… “me siento muy solo”.

Para muchos una fecha complicada, vienen los recuerdos, vienen los deseos de encontrar a alguien en un mercado donde todos están buscando su bombón mientras uno se asemeja más a una sustancia; todos buscando su media naranja y tú ya pareces más una toronja, todos buscando... creo que se entiende ¿no? Estamos más gorditos, nos hemos descuidado en esta cuarentena y es que no salir de casa también deriva en la proliferación de los deliverys y la comida rápida, ¿Quién se puede resistir a un rico sushi o una buena pizza?

Tampoco es que quiera fomentar la idea de una belleza hegemónica, pero uno tiene sus trabas, y si nos sentimos mal por estar gorditos siempre podemos culpar a ese concepto abstracto que todos llaman sociedad.

¿AMOR PANDÉMICO? 

Sociedad serenense que, todo indica, vuelve la cuarentena. No es sorpresa que a muchos urge conseguir pareja antes de que eso pase, asegurarse una pierna peluda para regalonear, si al final ni hemos ido a la playa por culpa de este virus, así que tanto hombres como mujeres andamos como Chewbacca: gruñones. 

Pensaron que iba a decir peludos, no necesito decirlo ustedes saben que es verdad. ¡Qué ganas de ir a la playa!, pero pareciera que disfrutar de La Serena es algo que se estila más entre la gente de Santiago.

Mucho se habla sobre el amor, ¿Será solo una reacción química o será algo real que nos remece el alma? Hace unos meses hubiera contestado con seguridad, pero la confusión decidió tocar mi puerta. No hay certezas, excepto que este día está diseñado para jugar con nuestros patéticos sentimientos y nuestro miedo a la soledad, se aferran a esto y nos sacan dinero cual Intendenta al fisco. Quizás no hay tal cosa como el amor a primera vista, no estaría mal revisar 2 o 3 veces antes de decidir encariñarte con alguien.

Espero no se hayan sentido presionados por dicho día, aunque a nadie le viene mal una cuarentena acompañado, un escape al tan temido Sad Valentín. Juego de palabras bilingüe para los entendidos.