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En estos días, muchas familias nos encontramos viviendo la transición de nuestros hijos desde la enseñanza media a la educación superior. Tuvieron un último año de colegio lejos de sus compañeros, no pudieron tener su anhelada celebración y sumado a toda la complejidad vivida, se enfrentaron además a la transición de la prueba de selección universitaria (PTU).

Se avecinan dudas a pocos días de conocer los resultados. Aunque estamos claros que es el hijo quien decide, la familia puede estar informada para orientar al respecto.

Muchos cuentan con la ansiada gratuidad, mientras otros tienen los medios para costear la educación superior. Quisiera detenerme aquí en aquellas familias, que no tienen ningún beneficio, y que el cumplimiento del sueño profesional del hijo significará un tremendo esfuerzo económico.

En primer lugar, el MINEDUC cuenta con una plataforma (mifuturo.cl) que nos permite navegar por información referida a los años de acreditación, empleabilidad futura y otros indicadores que aportan una primera información para “confiar” en una u otra institución.

¿Pero será ello suficiente? Sin duda, se trata de un primer paso, pero debiera complementarse luego con un recorrido virtual, siguiendo la información que entregan las potenciales casas de estudios a escoger, mirar sus proyectos educativos, los lugares donde realizan las prácticas, comparar la oferta que hay entre distintas instituciones, conocer el sello institucional (que forma parte de cómo la institución se visualiza así misma en el medio), y de cómo son percibidos los egresados cuando llegan al mundo laboral. Otro aspecto importante en el actual contexto de pandemia es saber la flexibilidad que entrega, para el ejercicio de la docencia.

Por otra parte, aunque existe una evidente presión social para ingresar a la universidad, cabe preguntarse si esa es la única opción disponible. Tenemos hoy dos alternativas importantes de las que poco se habla como son la articulación de estudios y la educación continua.

La articulación de estudios se refiere a que puedo partir estudiando en un Centro de Formación Técnica (CFT) y, posteriormente, ir completando estudios en un Instituto Profesional (IP) y/o una Universidad, hasta completar estudios de postgrado. Tal vez es una vuelta más larga pero legítima para todos aquellos que no se sienten seguros de lo quieren estudiar. No es un concepto que se publicite en las ofertas académicas, pero existe en todas las Instituciones, solo tenemos que animarnos a preguntar.

La educación continua, por otra parte, es la que nos permite seguir estudiando, cuando no sentimos que tenemos las suficientes competencias o queremos perfeccionar otras a lo largo de toda la vida profesional. La educación continua se presenta como interminable. Solo finaliza cuando nosotros decidamos que no aspiramos a más perfeccionamiento.

Son demasiadas dado que son variadas las opciones disponibles para construir el futuro profesional, es importante tomar una decisión informada, para evitar frustraciones, expectativas no cumplidas, deserción o abandono de una formación profesional. Mis mejores deseos a todos los jóvenes próximos a enfrentar el desafío de ser el primer profesional de la familia.

Gabriela Freixas Soto. Experta Hay Mujeres.

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