Joven familia de Tongoy pide ayuda para recuperar sus bienes materiales

29 Septiembre 2015

Tras el tsunami que sacudió el borde costero, cientos de tongoyinos perdieron sus casas y fuentes de trabajo. Los García Pastén son uno de los damnificados de este embate de la naturaleza.

Camila Pérez Ma... >
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Como parte de los cientos de familias que llenan las listas de damnificados del balneario de Tongoy, Diego García Pizarro, joven trabajador de 23 años que vive junto a su pareja e hijos y trabaja junto a su madre en lo que fue por 5 años el almacén “La Sureña”, hoy sólo puede ver los restos que dejó el tren de olas que arrasó con los locales y casas ubicadas en la calle Luis Gómez Carreño.

El clima es desolador, al ingresar al recinto la marca que dejó el agua y la arena sigue grabada en la pared, tras salirse el mar, éste llegó a cubrir el metro y medio de altura y de su hogar sólo queda el esqueleto porque ahora está inhabilitable.

Con pesar nos muestra lo poco y nada que pudo rescatar de su negocio, un par de máquinas se encuentran apiladas en una esquina de La Sureña y en la tristeza de ver cómo quedó su fuente de trabajo revela que en plena desgracia, personas encapuchadas del sector ingresaron a su local a saquear lo poco y nada que quedó en pie.

“Desde hace 5 años trabajábamos con mi mamá en este almacén, donde yo me encargaba de hacer el pan. Después de lo ocurrido el 16 de septiembre perdimos todo lo que teníamos, máquinas, comida e insumos y además el agua destruyó mi casa”, cuenta Diego García Pizarro.

Tras perder su hogar, esta joven familia de  4 integrantes se ha quedado prácticamente en la calle y García sólo apela a que puedan ayudarlo a retomar su trabajo y poder alimentar a su pareja, Javiera Rojas Pastén (18) y a sus dos hijos, Benjamín (4) y Simón (2).

“He perdido completamente mi fuente laboral, una vez en entró el agua perdimos sobadora, revolvedora, máquinas de bebidas, el mesón para poner el pan, los hornos, los insumos y la mercadería que se vendían en este almacén se los llevó el agua y los que quedaron fueron saqueados. Mi mamá se preparó para estas fiestas e invirtió 2 millones de pesos en productos”, indicó.

Además, el joven confiesa que durante el sismo ellos se encontraban atendiendo pero cuando llegó a su celular el mensaje de la Onemi sobre alerta de tsunami sólo lograron hacer un bolso con las cosas de sus hijos y evacuaron a la falda del cerro, “nunca pensé que llegaría un tsunami pero una vez que me llegó el mensaje empezamos a guardar ropa para los niños, pero logramos rescatar muy poco, de hecho yo me fui con lo puesto, con la ropa de trabajo, y mi esposa dentro del apuro pudo rescatarme algo”, señaló.

Ahora, a más de 10 días de la tragedia que sacudió las costas del balneario de Tongoy, siguen existiendo locales cerrados y el ritmo aún no vuelve a la normalidad. Por su parte, Diego y su familia se encuentran en la casa de unos familiares a la espera de poder abrir nuevamente las puertas de su almacén.

Para quienes desean ayudar con esta noble causa o apadrinar a la familia García Pastén, sólo pueden comunicarse con Diego y contactarlo al teléfono 53316721.